Construyendo

2024 será un año de grandes disrupciones tecnológicas

Raúl Asís asegura que 2024 será un año de grandes transformaciones en distintas industrias y sectores, lo cual afectará a la vida cotidiana.

Mañana termina el año 2023 y deseo aprovechar este espacio para agradecer a todas las personas que acostumbran leer mis columnas de opinión, su constante, gentil y fiel preferencia. Sus comentarios, críticas, correcciones o la simple expresión de sus opiniones acerca de los temas que aquí discutimos, son un aliciente esencial para continuar realizando esta actividad tan hermosa de escribir, y disfrutarlo como el primer día.

A punto de cruzar el umbral del 2024, podemos vislumbrar que será un año de grandes transformaciones y disrupciones tecnológicas en numerosas industrias y sectores, que afectarán diversos aspectos de nuestra vida cotidiana.

En la industria de la construcción, creo que veremos una transición a gran velocidad hacia la digitalización y sistematización de las empresas, que tradicionalmente se habían resistido a incorporar mayores avances tecnológicos a sus procesos, pero que ahora resultará esencial para sobrevivir y aprovechar las oportunidades que trae el dinamismo global que está experimentando el sector en especial por el fenómeno de la relocalización de empresas. México resultará beneficiado debido a la enorme inversión sin precedentes que ya ha dado inicio y continuará en el vecino país del norte, en el sector industrial.

Asimismo, seremos testigos de una adopción acelerada de la electrificación de la maquinaria que se utiliza en las obras de construcción de infraestructura. Los grandes fabricantes de todo el mundo han comprobado las ventajas de abandonar los motores de combustión, y con los avances en las baterías, inversores, motores eléctricos y software de operación de las máquinas, se estarán derribando los mitos que impedían su adopción generalizada, permitiendo un dominio de éstas en los mercados más dinámicos del planeta.

Siempre en construcción, pero de obras de infraestructura eléctrica, cada vez es más claro que lo que se necesita para incrementar la participación de electricidad limpia y renovable dentro de la matriz energética, es contar con líneas de transmisión y distribución robustas y resilientes, que sean capaces de ofrecer certidumbre y calidad de energía a los usuarios finales.

Esperaría que en México por fin se acepte o se den cuenta de que no hay otro camino al progreso y el bienestar de la población, que aquel que tiene en su eje una transición justa a energía limpia y a la descarbonización.

Urge planificar, concebir y desarrollar una red de infraestructura pública de carga de vehículos eléctricos suficiente para satisfacer la demanda que generará el salto que experimentará la adopción de la movilidad eléctrica, tanto de vehículos familiares particulares, como la flota de transporte público y de flotillas empresariales.

Las comunicaciones serán más fluidas con aparatos que procesarán cada vez mejor los datos que recolectan, interpretan y redistribuyen. La inteligencia artificial será una herramienta de uso generalizado que revolucionará para siempre la manera como hacemos nuestro trabajo diario.

Y desde luego, garantizar que el desarrollo económico generalizado y justo sea también sostenible, es uno de los más grandes desafíos que tenemos que superar, la quema de combustibles fósiles tendría que topar este año en su pico más alto, para que de ahí inicie un descenso paulatino pero constante hasta su eliminación completa en algún momento por allá de 2050.

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