La Fiesta Está Viva

Dos de roca

La tauromaquia de Andrés Roca Rey está en plena transformación y es un ejemplo de cómo la pasión por el arte de los toros puede vivir en la era digital, escribe Rafael Cué.

Este próximo fin de semana se vienen dos corridas de toros de postín en dos de las plazas más importantes de nuestro país. Se esperan grandes entradas bajo el conjuro del nombre de quien es, hoy, la máxima figura del toreo en el mundo: el peruano Andrés Roca Rey.

Existen muchas maneras para definir a una figura del toreo, desde mi punto de vista la más certera es aquella en la que el es torero capaz de abarrotar los tendidos de aficionados y público, sobre todo este segundo, que genera economía ahí donde se presenta y mueve el toreo.

Ser figura del toreo en tiempos de grandes toreros tiene un mérito inmenso. No ha existido ninguna figura del toreo que no toree bien de verdad. Suelen ser criticados por los “sabios del toreo”, aquellos personajes que con tal de tapar su incapacidad de gozar o sentir el toreo, nada les gusta, intentando demostrar superioridad intelectual taurina, y logrando todo lo contrario, hacer el ridículo en tertulias de gente que sí es sensible al toreo y es capaz de reconocer lo evidente.

La tauromaquia de Andrés Roca Rey está en plena transformación. Son 7 años ya como matador de toros. En los primeros a sangre, sudor y lágrimas se hizo un espacio. Venía de arrollar como becerrista y novillero. El máximo escalafón no se lo iba poner fácil, al contrario, el a veces absurdo “sistema” intentó por todos los medios que Roca Rey no llegara al sitio que el destino y su capacidad le tienen apartado en la historia del toreo.

Una vez que se colocó arriba, la entrega absoluta y el valor espartano siguen llevando hordas de público a las plazas donde se presenta. En ese momento comenzó la evolución de una tauromaquia cuyos cimientos son valor y entrega, y sus argumentos son el temple, la largueza y el poderío con los toros por medio de la sutileza. Estos argumentos llegan a todo el mundo taurino, la emoción de su verdad ha atraído a los tendidos a jóvenes, hombres y mujeres que han descubierto en la época digital lo que es sentir la emoción del toreo de manera presencial.

Es Andrés Roca Rey el eslabón del toreo con su generación. Personas que nacieron con la tecnología, a los que entretuvieron en restaurantes con ipads y “pelis” y que están descubriendo la incomparable emoción de una corrida de toros, están asimilando la muerte del toro en la plaza como un gesto heroico, lleno de simbolismo, respeto a las jerarquías y amor al toro, que sí, muere en la plaza a cambio de una vida privilegiada y por la conservación de una especia única e irrepetible.

Aguascalientes presenta este fin de semana el inicio de la Feria de Aniversario y Calaveras. El sábado 22 a las 6 de la tarde, harán el paseíllo en la Monumental el rejoneador queretano Tarik Othón, cuya temporada ha sido triunfal mostrando gran nivel ecuestre y taurino en cada tarde, a pie el local Joselito Adame regresa de su temporada europea y se presenta ante sus paisanos alternando con Roca Rey y, el también hidrocálido de exitosa temporada gala e hispana, Leo Valadez ante siete toros de Fernando de la Mora. El agarrón se viene serio, la tercia quiere imponerse y los argumentos de todos están envueltos en emoción para el público. Se espera una gran entrada, la afición hidrocálida debe volcarse ante la convocatoria, y la ubicación del estado hace posible que entidades como San Luis Potosí, Guadalajara, Querétaro y Zacatecas tengan fácil acceso a vivir una gran tarde de toros.

Al día siguiente en la capital jalisciense, en la Monumental Nuevo Progreso, el peruano hará el paseíllo con Octavio García “El Payo” y Héctor Gutiérrez ante seis toros de la ganadería de Jaral de Peñas. Argumentos de clase, empaque y torería además de la madurez artística del queretano “Payo”, quien pasa por gran momento y pondrá el nivel alto desde el primer toro en el ruedo. El bisoño del cartel, Héctor Gutiérrez, es también un pedazo de torero, triunfador e ídolo de la exigente Nuevo Progreso. La tarde promete sacar chispas de arte ante los “jaraleños”, también gustados por la afición tapatía.

Así que ya lo sabe usted amigo lector, la fuerza de la tauromaquia radica en los tendidos llenos. Estamos conscientes de la cobarde amenaza antitaurina, la mejor manera de callarles la boca es llenando las plazas.

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