2,500 Caracteres

Esa fuente que es Nauman

La ética de Bruce Nauman y su trabajo son colosales; no alcanzan 2,500 Caracteres para poder vislumbrar siquiera su importancia e influencia, señala Patricia Martín.

Se dice que el arte es una cuestión de vida o muerte; esto puede escucharse un poco melodramático, pero también es cierto.

Bruce Nauman

A finales de los 60, una serie de videos, utilizando siempre su persona, su cuerpo, a él mismo para experimentar sobre el hecho de encontrarse solo en su estudio, le dio las herramientas a Bruce Nauman (1941, Fortwayne, Indiana) para preguntarse lo que se supone que un artista debe de hacer en su estudio. La conclusión a la que llegó fue que si él era un artista y estaba en su estudio, lo que hiciera ahí debía ser arte. A partir de ese momento, Nauman entendió el arte como una actividad y no como producto.

A partir de los 70 la obra de Nauman comienza a tomar un lugar más arquitectónico, donde el espectador es puesto a prueba, donde su cuerpo es invitado a "ejecutar" ciertos movimientos en espacios construidos específicamente para ello, generalmente espacios de incomodidad y vigilancia, la incipiente tecnología utilizada para controlarnos.

La retrospectiva que se muestra en MoMA y en el PS1, deja claro que el cuerpo de obra de Nauman no es tan grande, son piezas o momentos, diría yo, más bien condensados, ante los cuales uno se reconoce siempre en proceso de aprendizaje. No importa qué tanto haya uno leído, estudiado o sido fascinado por la obra de Nauman, hay algo que inevitablemente se escapa. Todo en Nauman es crudo, la obras se encuentran detenidas en el momento exacto en el que están a punto de convertirse en algo, que al mismo tiempo ¡se niega a terminar! Obras en proceso, investigación en proceso, lenguaje en proceso, vida en proceso.

Los ejercicios lingüísticos …Pay attention motherfuckers (1973), escrito al revés, como en espejo, que a quien le habla es al mismo artista, revela una actitud que jamás compromete su propia existencia; proceso de pensamiento y acción de un investigador llamándose a sí mismo a poner atención, una obra que permite al espectador preguntarse si participar o no junto con el artista en el acto de poner atención.

Algún texto de sala explica que Nauman manda a hacer sus propios cuchillos, el filo, el corte, el mango, el espesor… que para él es tan importante un oficio como cualquier otro. Nauman vive y cría ganado en su rancho de Santa Fe, Nuevo México.

Es en mi opinión, el mejor y más ético artista americano. La ética de Nauman y su trabajo son colosales, y no alcanza esta columna para poder vislumbrar siquiera su importancia e influencia. Un artista que como fuente que emana de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro en un ciclo ad infinitum que se alimenta a sí mismo, no deja de sorprender. Verlo en esta magnífica retrospectiva, volver a caminar 50 años después, otra vez, en su estudio, esa misma línea que es la misma y no al mismo tiempo, es una celebración total de vida, quehacer, ética y trabajo.

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