Uso de Razón

Se acerca la caída de Putin

En el gobierno ruso soplan aires de inestabilidad, y el presidente, con su aparato de propaganda, ha comenzado a repartir culpas del fracaso.

Luego del referéndum ilegal con que se apropió de territorio ucraniano, el presidente Putin organizó un concierto popular multitudinario en la Plaza Roja de Moscú, donde tomó el micrófono para gritar “¡ganaremos!”.

Lo cierto es exactamente lo contrario.

En el gobierno ruso soplan aires de inestabilidad, y el presidente, con su aparato de propaganda, ha comenzado a repartir culpas del fracaso.

Las baterías de sus medios apuntan contra el Ejército, mientras Putin realiza una purga de generales a los que ha humillado.

Se apoyó en el Ejército ruso para una aventura ilegal, y ahora los generales ven que la invasión a Ucrania estuvo mal planeada por el comandante supremo, que toma decisiones propias de un hombre trastornado.

Ya circulan, sotto voce, los nombres de sus posibles sucesores.

Antes, veamos pinceladas del desorden y la destrucción de las jerarquías en las cadenas de mando del Ejército ruso.

El viernes las periodistas María Ilyushinav y Natalia Abbakumova publicaron en The Washington Post algunos de los movimientos de Putin en su Ejército, antesala del colapso, que cito de manera desordenada:

-El comandante general de la guerra en Ucrania, general Alexander Dvornikov, con una carrera de 44 años en el Ejército y excomandante de las fuerzas rusas en las campañas en Siria y en Chechenia, fue cesado por Putin, quien lo había designado en el cargo apenas en abril.

-Andrey Serdyukov, general con 40 años en el Ejército, comandante de las tropas aerotransportadas (paracaidistas), fue destituido y culpado por las graves pérdidas de las divisiones bajo su mando.

-La semana pasada, el general Alexander Zhuralev, jefe de la línea occidental, también fue despedido luego de cuatro años en ese puesto, acusado por la maquinaria de propaganda de Putin de ser el culpable de perder vastas extensiones territoriales en la derrota de Járkov.

-El general Alexander Chaiko, comandante de la línea este, fue destituido y reemplazado por un teniente (Rustam Muradov), sin explicaciones.

-El viernes se dio a conocer que el comandante de la flota del mar Negro, almirante Igor Osipov, fue removido del cargo y en su lugar se nombró a un vicealmirante (Viktor Sokolov).

-A fines de septiembre fue destituido el general responsable del apoyo logístico a las Fuerzas Armadas, y en su lugar se nombró a un coronel general, Mikhail Mizintsev, “el carnicero de Mariupol”, donde ordenó bombardear zonas residenciales y matar a miles de civiles.

En total, una docena de generales cesados por Putin y humillados por los órganos de calumnia y propaganda del régimen.

Las pugnas internas afloran en el descontrol que rodea al “hombre fuerte” de Rusia.

El general Ramzan Kadyrov, comandante militar en Chechenia, que aportó sus tropas a la invasión, hizo una crítica pública al comandante del Distrito Militar Central, a quien señaló como “un líder sin talento, producto del nepotismo en el Estado Mayor General de Rusia”.

Los presidentes de los comités Anticorrupción y Defensa de la Duma estatal (Cámara baja) solicitaron por escrito al fiscal general ruso que realice una investigación por “el desperdicio del financiamiento en la retaguardia”, lo que uno de ellos explicó con todas sus letras: “Los comandantes han estado saqueando el presupuesto militar”.

A los soldados les llegan armas viejas, oxidadas, comida insuficiente y en mal estado.

¿Cómo está, entonces, el ánimo de la tropa?

Los generales humillados, corrupción en el Ejército y los soldados con la moral dañada por el abandono en una guerra que no tiene explicación sensata.

No se extrañe si en las próximas semanas Putin destituye al ministro de Defensa, Sergei Shoigu. El paso previo a su caída.

¿Y la moral en los jóvenes rusos, cómo va?

¿En las nubes por los eventos musicales en la Plaza Roja, donde Putin asegura que “ganaremos”?

El mes pasado se contabilizó la huida del país de 200 mil jóvenes en edad de combatir. Esa es la respuesta a las interrogantes anteriores. Los hechos, no la propaganda.

Mientras el malestar comienza a crecer y se expande, se mencionan los nombres del posible sucesor de Putin:

Mikhail Mishustin, que es el natural en la línea sucesoria, por ser el primer ministro.

Nicolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad.

Sergei Sobyamin, exalcalde de Moscú.

El actual ministro de Agricultura, Dmitri Patrushev (hijo del secretario de Seguridad).

Ellos son considerados como posibles sucesores de Putin en el supuesto de que haya un golpe quirúrgico en el mando del país, pero no es descartable que Rusia se desmorone en luchas intestinas de los mandos militares regionales y centrales, que siguieron a un comandante supremo enfermo de poder y de grandeza.

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