Uso de Razón

El interés de AMLO y el de México no coinciden

La decisión de López Obrador de no asistir a la Cumbre de las Américas le sirve para desviar la atención de los asesinatos de periodistas, de los feminicidios y de la L-12 del Metro.

El anuncio del presidente López Obrador de cancelar su asistencia a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles si no invitan a Díaz-Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro, es una medida típicamente populista: le va a beneficiar a él, pero va a dañar a México.

La postura ‘antiyanqui’ va a traerle puntos de popularidad al Presidente, la cual se empeña en acumular para los fines personales o de grupo que tenga en mente.

Al país que gobierna le creará problemas, porque esa decisión le puso a México la etiqueta de socio no confiable.

Lo que para algunos congresistas e integrantes del Poder Ejecutivo en Estados Unidos eran indicios preocupantes, ahora para todos en la Unión Americana ha quedado claro que al sur de la frontera no hay un gobierno amigo.

Es extorsión política: Estados Unidos está involucrado en un peligroso conflicto con Rusia, que demanda toda su atención y necesita el respaldo internacional de sus aliados, y resulta que el gobierno de México, en lugar de darle la mano, se la muerde.

Despreciar la invitación de Biden en caso de que no invite a los dictadores caribeños, es ponerse del lado de las dictaduras.

Con ello el gobierno mexicano, no nos engañemos, le está haciendo un favor a Vladimir Putin, al debilitar a Biden en la zona de influencia de Estados Unidos.

Ayer había señales de que países del Caricom se sumarían a la decisión de desairar la cumbre, mientras el presidente López Obrador hacía gestiones para que su homólogo ecuatoriano tampoco asistiera.

México, a la cabeza de una extorsión contra su principal socio, cuando éste vive tiempos de guerra (en los hechos, así es), no necesita comentarios.

La semana pasada el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos dio a conocer cifras interesantes sobre flujos migratorios en el sur:

Este año, Cuba es el segundo país de origen con mayor número de migrantes ilegales detenidos en la frontera, y el tercero es Nicaragua. El primero resulta ser México.

Ahí está el retrato de la conducción económica en esos tres países: expulsan a sus nacionales. Necesitan atraer inversión y la ahuyentan.

El desplante ‘antigringo’ le va a funcionar a López Obrador, porque entusiasma a su clientela electoral, como gustaban los de Echeverría y López Portillo.

Para México es malo porque, en lugar de dar confianza, llena de dudas a quienes pueden traer inversiones para mejorar la economía del país y evitar que gente valiosa se vaya (sugiero leer la columna de Enrique Quintana de anteayer lunes, El desastre de la inversión: https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/enrique-quintana/2022/05/09/el-desastre-de-la-inversion/).

México vive de la vecindad con Estados Unidos. Hasta hace poco era, decorosamente, por comercio. Ahora lo que destacan son las remesas.

Llegan al país 50 mil millones de dólares anuales enviados por mexicanos que trabajan en la Unión Americana, en fábricas, servicios y zonas agrícolas.

Irse de bracero no es cosa fácil. Se deja a la familia, se arriesga la vida, se expone al trato a veces denigrante, a la intranquilidad de ser detenido y deportado con lo puesto, se duerme hacinado en bodegas clandestinas, se despierta con miedo.

Y el gobierno le pone trabas a la inversión, que evita ese sufrimiento, crea riqueza y genera desarrollo.

Se alía con Cuba, Nicaragua y Venezuela para pelearse con Estados Unidos en un asunto menor: no es un tema vital, como la soberanía o los derechos humanos.

Se le hace el juego a Trump, para que despliegue sus banderas antimexicanas.

Ante él, López Obrador se dobla de inmediato, dijo Trump sin ser desmentido.

También se le hace el juego a Rusia, mientras en Estados Unidos hay 12 millones de mexicanos, de los cuales seis millones son ilegales.

La extorsión es directa a Biden, un presidente débil en lo interno, que no tiene intenciones de enemistarse con México y lo necesita como aliado.

Le sirve al presidente López Obrador para desviar la atención de los crímenes de periodistas en México, la peor cifra de que se tenga registro.

Le es útil para dejar en segundo plano los asesinatos de mujeres, que aumentan a niveles de tragedia nacional.

A él y a su candidata el pleito les cae ‘como anillo al dedo’ para no hablar del crimen en la Línea 12, por falta de mantenimiento.

Desgasta a Marcelo Ebrard en Estados Unidos.

Con la decisión de ayer, el presidente López Obrador antepuso su beneficio personal y de su grupo (popularidad, para usarse en quién sabe qué), al interés de la nación que gobierna.

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