Uso de Razón

Viene la primera guerra posmoderna (y nos afectará)

Esto que describimos no es ficción ni el cataclismo diseñado para el guion de una película futurista, sino que puede iniciar tan pronto como la presente semana.

MIAMI, Florida.- Desde la semana pasada Rusia provoca a Ucrania con ataques de artillería, y en cualquier momento saltará la chispa que Putin necesita para justificar la invasión.

Salvo un milagro de la diplomacia, en los siguientes días comenzará una guerra con características nunca antes vistas.

Lo que se perfila es una combinación de guerra tradicional (balazos, trincheras, bombas, crímenes, desplazados) y una conflagración de efectos planetarios, hecha con las armas de la modernidad.

Estados Unidos no tiene en sus planes participar directamente, con tropas, en una guerra cuerpo a cuerpo con los rusos para defender a Ucrania. Al interior del país no hay respaldo ni el menor atisbo de ánimo para una acción así.

Biden aplicará a Rusia las sanciones más fuertes que se hayan impuesto a un país de ese tamaño.

En respuesta, Putin usará su enorme poderío cibernético para desquiciar los sistemas informáticos y de comunicaciones en Estados Unidos y Europa.

Una de las sanciones más duras que el presidente y su gabinete estudian para castigar la invasión, es sacar a Rusia del sistema internacional de pagos.

Fuera del SWIFT, que conecta a 11 mil instituciones financieras para facilitar las transacciones internacionales, la economía rusa quedaría aislada y el impacto se calcula en una caída de cinco puntos del PIB en ese país, de acuerdo con el Centro Carnegie de Moscú.

Rusia no podría recibir pagos en moneda extranjera. Al hoyo.

Sin embargo, no sufrirá sola: el ‘daño colateral’ para el resto del mundo sería profundo e inmediato.

Rusia no podría recibir los pagos por petróleo y gas que vende a Europa. Por tanto, no exportará. ¿Cómo van a funcionar los países bálticos (Alemania entre ellos) sin el gas ruso del que dependen por completo?

La industria de los microchips en Estados Unidos es dependiente, en buena medida, del neón ucraniano.

Rusia fabrica componentes de semiconductores –que han escaseado–, por lo que el impacto en las cadenas de suministro nos afectaría a todos.

Desde hace años Rusia se ha venido preparando para una guerra cibernética contra Occidente, de consecuencias catastróficas.

Esto que describimos no es ficción ni el cataclismo diseñado para el guion de una película futurista, sino que puede iniciar tan pronto como la presente semana.

Así se plantea en la publicación del jueves 18 en Harvard Business Review: El conflicto en Ucrania presenta quizás el riesgo más agudo que las corporaciones estadounidenses y occidentales hayan enfrentado jamás.

La Agencia de Infraestructura y Seguridad de Estados Unidos (CISA) alertó hace unos días que Rusia está en condiciones de realizar ataques al Banco Central Europeo y a “la infraestructura crítica de la nación”. Esto es, a las redes cibernéticas de Estados Unidos, Europa y de todas sus corporaciones.

Por un par de semanas o meses, señala la prestigiada publicación de Harvard, las grandes empresas volverían a trabajar con sistemas analógicos. A sumar con papel y lápiz.

Desde luego Estados Unidos no está desvalido en sistemas para una guerra electrónica y en ciberdefensa.

No hay duda acerca de quién sería el vencedor de la primera guerra posmoderna que podría estallar esta semana. Lo incierto es la dimensión de las consecuencias económicas para todos nosotros. México incluido, desde luego.

En el terreno tradicional, Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania alrededor de 2 mil 500 millones de dólares en ayuda militar, incluidos misiles antitanque y radares.

Actualmente, Estados Unidos mantiene en Ucrania 200 soldados de la Guardia Nacional –de Florida– para entrenar y asesorar a las fuerzas locales. Además, un número no revelado de tropas de operaciones especiales que brinda capacitación.

Con base en opiniones de expertos militares, incluidos generales en retiro, las opciones más apropiadas de apoyo de Biden a Ucrania, debido a su inferioridad militar frente a Rusia, incluyen:

-Ayudar para defender su propio espacio aéreo y sus aguas territoriales, donde se enfrenta a la abrumadora superioridad rusa.

-Tender un ‘puente aéreo sin escalas’ de equipo militar y entrenadores a Ucrania. Y asistencia sin costo en sistemas de defensa aérea, antitanque y marítima.

Todo esto es lo que puede iniciar hoy o en los siguientes días.

De ahí se deriva que los mercados estén nerviosos.

Y si usted piensa que la invasión rusa a Ucrania, de darse, no le afectará, lamento decirle que está profundamente equivocado.

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