Oscar M Guerra Ford

Acceso a la información y la tecnología, un recuento

Si bien hoy el derecho de acceso a la información pública está garantizado para todos, su ejercicio efectivo permanece en pocas manos, dice Ford.

Óscar M. Guerra Ford

Nos encontramos en la víspera del nuevo año, y de una nueva década, y es propio hacer un balance sobre lo acontecido, los avances y los pendientes, para con ello formular reflexiones que nos permitan fijar objetivos y trazar metas para el año venidero. Siendo así, me parece propicio hacer este ejercicio sobre un tema muy puntual que he considerado prioritario en mi gestión como comisionado del INAI: los medios electrónicos de acceso a la información pública.

En escasas dos décadas, México vio nacer el ejercicio del derecho de acceso a la información, con la publicación de la Ley Federal de Transparencia Gubernamental en 2002. Poco después fue testigo de la posibilidad de ejercerlo por medios electrónicos remotos con el proyecto Sistema de Solicitudes (SISI), que en 2003 permitió que un ciudadano solicitara información pública a una entidad del gobierno federal.

A la par, se convirtió en práctica común la publicación de información sustantiva sobre el quehacer gubernamental en portales en línea. Poco después surgieron sistemas estatales de solicitudes y más tarde el SISI evolucionó para convertirse en Infomex, herramienta desarrollada por el IFAI y el Banco Mundial para extender esta tecnología a más instituciones públicas y organizarla de una forma masiva con la misma facilidad con la que se consultaba un correo electrónico.

Ya para 2016, el INAI instrumentó la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), donde su desarrollo está establecido en el artículo 49 de la Ley General de Transparencia. La PNT ha permitido eliminar la heterogeneidad de sistemas de solicitudes para acceder desde una misma plataforma (y con una sola cuenta de usuario) a la información de 8 mil instituciones públicas del país.

Asimismo, ha unificado los diversos portales de publicación de información para concentrarlos en un repositorio único: el Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia (SIPOT), puesto en operación en 2017, el cual a la fecha cuenta con más de tres mil millones de registros de información de todos los sujetos obligados del país. Hoy todo mexicano tiene al alcance de la palma de su mano la posibilidad de consultar 48 obligaciones comunes y más de un centenar de carácter específico en un mismo sitio para toda autoridad pública del Estado mexicano.

En abril de este año entró en operación la versión 2.0 de la PNT, con lo cual se eliminaron los tecnicismos legales y el lenguaje especializado, ello se tradujo en un incremento del 90% en el número de consultas, 41% en el de solicitudes y de 176 por ciento en el número de recursos de revisión gestionados por medio de la PNT, ello al comparar los registros de los cinco meses posteriores al rediseño con el mismo periodo del año anterior.

Sin duda, el uso de la PNT se ha vuelto más frecuente, como lo demuestran el 1.3 millones de solicitudes realizadas a través de esta herramienta desde su puesta en funcionamiento en 2016.

El proceso de maduración y mejora de la PNT es y deberá ser constante y el nuevo año traerá consigo nuevas funcionalidades que permitirán hacer la información más asequible a la ciudadanía y con ello explotar de mejores maneras las bondades de la transparencia.

En 2020 se prevé instrumentar un mecanismo más eficiente de procesamiento y almacenamiento de las solicitudes de acceso a la información, además de la implementación de un buscador único que facilite la consulta de las obligaciones de transparencia, solicitudes y recursos de revisión de forma integrada, de la misma forma que lo hacemos con los motores de búsqueda en nuestra cotidianeidad.

Asimismo, se desarrollarán aplicativos que mejoren la presentación y consulta de la información relativa a las fracciones de la ley más consultadas, como son trámites gubernamentales, directorios, compras del gobierno, entre otros.

A pesar de los grandes avances, es propicio considerar las limitaciones que aún existen.

Si bien hoy el derecho de acceso a la información pública está garantizado para todos, su ejercicio efectivo permanece en pocas manos, tanto por su desconocimiento como por la existencia de limitaciones estructurales que lo impiden. Por ello, debemos tener claro que los trabajos por facilitar los medios de acceso son cruciales para superar las brechas tecnológicas y que efectivamente todo mexicano pueda acceder a la información que requiera para mejorar su calidad de vida.

¡Feliz 2020!

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