Claudia Sheinbaum dejó pasar una gran oportunidad de defender las posturas de México en el mundo, al no asistir al máximo foro multilateral global, la Asamblea General de la ONU en su 80 aniversario y que se tituló “La paz es la búsqueda más valiente y necesaria de todas”.
Su voz hubiera refrescado la presencia de México en el mundo. Un camino que lamentablemente abandonó el expresidente López Obrador al asumir una política exterior inoperante, dejándose arrastrar por esquemas ideológicos o propagandistas y desperdiciando seis años en construir relaciones internacionales para, por ejemplo, impulsar el crecimiento económico, educativo, cultural, tecnológico, social, entre muchas otras alternativas que hay en las diversas zonas geográficas y que pudieron servir para beneficiar a la sociedad mexicana.
Justo cuando se cumple un año de su gobierno, el debate general en la ONU hubiera sido un escenario ideal para mostrar sus cartas entre líderes políticos mundiales, detonar reuniones bilaterales o multilaterales y cohesionar alianzas clave en un momento en que se sufren desafíos amenazantes, y que de no detenerlos urgentemente, viviremos bajo inestabilidades que afectarán sin duda a nuestras sociedades. Por ello es oportuno preguntarse: ¿cuál es el peso de México en el mundo y qué está haciendo para defenderlo?
Las mañaneras de la presidenta no bastan para mostrar sus posturas internacionales; tiene que viajar, convencer, persuadir… más ahora que el mundo juega en un terreno más interconectado por las nuevas tecnologías, entre ellas las de información. El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan apuntó ante el pleno de la Asamblea General que dentro de los retos geopolíticos se encuentra el desarrollo de la inteligencia artificial.
Es de llamar la atención que Sheinbaum aún no se haya reunido con el presidente Donald Trump, su principal socio. Anteriormente, los primeros encuentros que se celebraban entre los presidentes de México y Estados Unidos al llegar al poder eran entre ellos, pero ahora el magnate neoyorquino ha relegado la relación con Palacio Nacional hacia su segundo círculo de poder. Prefiere reunirse con personajes como Javier Milei que con su vecino del sur; algo está pasando.
Sheinbaum ha mantenido pocas reuniones de manera bilateral y eso genera un hueco importante en la creación y confianza de inversiones, intercambios y, por lo tanto, desarrollo. Emmanuel Macron canceló su visita a México este mes, en vísperas de la consolidación del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea en enero próximo y un desencuentro con China y Corea del Sur por la imposición mexicana de aranceles que les afectarán a esas naciones. Ojalá que revitalice su estrategia y no menosprecie las relaciones internacionales, tan útiles como la política interna.
Regresando a lo sucedido en la ONU, fue una reunión importante porque podría significar el punto de quiebre ante lo que está sucediendo en la Franja de Gaza. Hay tres elementos que quedaron claros: debe restablecerse inmediatamente la paz y terminar con un inobjetable genocidio, y al mismo tiempo, reconocerse los dos Estados. Por otro lado, se debe desarmar, desarticular y apresar a los miembros del grupo terrorista Hamás, quienes deben pagar por sus actos inhumanos del 7 de octubre de 2023, lo cual incluye la inmediata liberación de los rehenes judíos que aún tienen.
El reconocimiento al Estado palestino se ha dado en cascada y quienes abrieron las actividades en la ONU bajo ese tema fueron los presidentes de Francia y Brasil, Emmanuel Macron y Luiz Inácio Lula da Silva, respectivamente. Además, la gran mayoría de las voces que se dejaron escuchar en el pleno fijaron su postura sobre el conflicto; lamentablemente, esos discursos no significan que la paz llegará mañana, a pesar de que haya aumentado significativamente la presión contra el gobierno del cada vez más arrinconado Benjamín Netanyahu.
El discurso más esperado fue el de Donald Trump, quien no dejó pasar la oportunidad para autoelogiarse como el mejor presidente del mundo, enumerando sus “logros” y aprovechando la oportunidad para criticar la inoperancia de la ONU: “No solo no resuelve problemas que debería, sino que, con frecuencia, crea nuevos problemas. La ONU financia un ataque contra los países occidentales y sus fronteras”, en franca alusión a Rusia y sus aliados.
No obstante, el jefe de las Naciones Unidas, António Guterres, salió al quite para defender a la institución y dirigió un mensaje a los líderes del mundo: “Los fundadores de la ONU enfrentaron las mismas preguntas hace 80 años”, pero “la elección entre paz o guerra, ley o anarquía, cooperación o conflicto, es más urgente, más entrelazada, más implacable”, y sentenció: “Hemos entrado en una era de disrupción imprudente y sufrimiento humano implacable”, “los pilares de la paz y el progreso están cediendo bajo el peso de la impunidad, la desigualdad y la indiferencia”. Más allá de que la ONU requiere cambios, se debe seguir apostando por el multilateralismo y las democracias, cueste lo que cueste.