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Corresponsabilidad y Diálogo: Méxicos Posibles en la Reconstrucción Social

Méxicos Posibles hizo una apuesta para recuperar las distintas voces y hacerlas coincidir en un país donde el silencio, el enojo, la frustración, el miedo y la apatía se habían vuelto un lugar común.

Las organizaciones de la sociedad civil en México se encuentran inmersas en un mar de desafíos desde hace algunos años. Muchas de ellas llevan consigo las percepciones y experiencias previas de los gobernantes, ya sea a favor o en contra. En los últimos años, hemos presenciado significativos retos para mantener una voz viva, activa, diferenciada y en la medida de lo posible, propositiva. En este contexto, y a pesar de los profundos cambios de narrativas, las organizaciones y sus miembros han demostrado que las causas tienen más espacio y mayor eco a lo largo y ancho del país.

En 2014, un grupo de ciudadanas y ciudadanos se propuso reflexionar sobre los diversos escenarios para el futuro del país. Méxicos Posibles se convirtió desde entonces en un llamado a la conversación a partir de las diferencias. Muchos de sus diálogos, encuentros e integrantes pueden consultarse en su página de Internet. A través de una metodología de “colaboración con el enemigo”, probada en numerosos esfuerzos de reconstrucción de paz a nivel mundial, la organización ha apostado desde entonces a que miradas y experiencias diversas contribuyan a la reflexión en beneficio de un país que necesita superar las polarizaciones políticas.

La organización plantea cuatro escenarios: México Agandallado, Pasmado, Fallido y Corresponsable. Con frecuencia, hemos sido testigos de acciones en diversas áreas públicas, acciones en las que “unos toman todo”, “algunos aportan” o “todos pierden”. Hacer análisis de lo que significarían estos tres escenarios en temas de seguridad, infraestructura, agua, educación, salud o economía, podrían llevar a horas de debate y desencuentro. Estos tres grandes descriptores posibles para el país plantean intuitivamente que siempre haya perdedores o ganadores. El cuarto, es el México Corresponsable, que mucho tiene que ver con la posibilidad de construir consenso a partir de las diferencias. Los cuatro, tienen entradas y salidas distintas y quizás haciendo una profunda reflexión, parece que el presente del país tiene un poco de todo.

En uno de sus esfuerzos de diálogo, el Laboratorio de Educación, también público y disponible en redes, convocó en 2018 a distintas y variadas voces de los sectores educativo, social, cultural y político. Participaron personas que no solo han enfrentado de cerca los desafíos de la educación en México, sino que históricamente con sus batallas han sido testigos de los acentos, intereses y avances en la materia.

Miradas sin carga política, planes urgentes de intersectorialidad y perspectiva de futuro son algunos de los pilares que se hablaron en el tema educativo. Pero el diálogo y las conversaciones necesitan de un mayor andamiaje, el del quehacer público y desafortunadamente, a casi seis años de la creación del Laboratorio, aún estamos lejos de garantizar lo básico y mínimo para que todas las niñas, niños y jóvenes no sólo se sientan seguros en sus escuelas, sino que aprendan lo mínimo indispensable.

La educación en México necesita dejar de ser percibida como un ecosistema estático, rezagado y olvidado. Méxicos Posibles hizo una apuesta para recuperar las distintas voces y hacerlas coincidir en un país donde el silencio, el enojo, la frustración, el miedo y la apatía se habían vuelto un lugar común.

Reconciliar, renovar, transformar, visibilizar y renombrar son algunos lentes que Méxicos Posibles ha puesto en el centro del diálogo, porque sí, a partir de las diferencias es posible construir coincidencias. Seguimos tarde, vamos tarde. La corresponsabilidad o el “todos ponemos” necesita alejarse de los señalamientos para ser una realidad; una en la que el cambio es posible cuando existe consenso y voluntad política.

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