Profesor en UNAM y en UP. Especialista en temas electorales.

La revocatoria avanza

Para AMLO es de suma importancia tener la medición de su popularidad en la consulta de revocatoria que organizará el INE el 10 de abril de 2022.

Mandato es objetivo central del presidente de la República y de su partido. Aún sin definición del INE con relación al origen que tendrán los recursos necesarios para su organización, las cifras oficiales indican que con corte a los primeros días de este mes se han reportado 893 mil 188 firmas de apoyo, por los 22 mil 420 promoventes registrados ante la autoridad y sus 58 mil 263 auxiliares, habrá que conocer el reporte sobre los avances sucesivos y la revisión que se tiene que realizar sobre la validez de las mismas.

Pero para AMLO no hay vuelta. La revocatoria de mandato, como ejercicio de democracia participativa directa y como fórmula de medición de su popularidad, debe realizarse en abril próximo. En su discurso del primero de diciembre fue enfático al señalar: que el ejercicio de la revocatoria servirá para saber qué tanto apoyo de la ciudadanía tiene su política de transformación. Para él es prioritario estar de nuevo en la boleta, más allá de que algunas encuestas recientes, como la de Buendía & Márquez, al cuestionar a la gente con la pregunta que aparecerá en la boleta, informan que el respaldo popular para que concluya su mandato es de 76 por ciento (El Universal, 21 de noviembre).

En la reapertura multitudinaria del ‘Zócalo democrático’, Morena mostró punch, capacidad de movilización a la vieja usanza de los partidos que anteriormente igual lo hicieron, con la salvedad de que en este caso solo hubo gritos y consignas de apoyo, ningún rechazo a los extraños datos sobre los resultados de la gestión gubernamental, a los datos del propio presidente que contrastan con otras fuentes oficiales. La conclusión ya es un entendido social, la gente no confía en los datos de las instituciones ni en las reflexiones de analistas especializados, pero sí cree casi a ciegas en lo que dice el presidente.

Fue un escenario ideal, para que el presidente abandonara su tono pausado y arengara de corridito y con pasión al pueblo de México sosteniendo que la revocatoria debe fijar el procedimiento para hacer realidad el principio de que el pueblo pone y el pueblo quita y para fijar un precedente de cómo ratificar o quitar a un gobernante cuando no gobierna con apego al mandato del pueblo, por lo cual, llamó a participar a sus militantes y a ciudadanos sin partido.

Lo cierto es que para AMLO es de suma importancia tener la medición de su popularidad en la consulta de revocatoria que organizará el INE el 10 de abril de 2022, tiene por delante casi tres años más de gobierno, dado que su mandato finalizará el 30 de septiembre de 2024, y por lo que se ve le falta concretar diversas iniciativas que necesitan del respaldo ciudadano. Ahí están como muestra la reforma político-electoral que podría modificar componentes y características esenciales del sistema nacional de elecciones y la propia reforma eléctrica.

La revocatoria y sus previsibles resultados seguirán siendo el corazón de su discurso en los meses por venir. No se trata de un ejercicio ciudadano, es una iniciativa presidencial apoyada por Morena que busca mantener aceitados los mecanismos de comunicación rumbo a la renovación inminente de seis gubernaturas el próximo año y, sobre todo, rumbo a 2024.

Veremos qué sucede, otra vez, entre INE, el gobierno y su partido, en la revisión de las firmas y en la aplicación de las reglas para declararlas válidas, además de ver qué sucederá con las medidas cautelares recientes que ordenan a organizaciones ciudadanas que recaban firmas a reorientar la campaña de difusión para hablar de revocación del mandato como regula la Constitución y no de ratificación.

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