Costo de oportunidad

Morgan Stanley en Taiwantitlán

Hay una oportunidad para México: debemos reconocer a Taiwán como república independiente, aunque la China Popular se enoje.

Varios medios hicieron mención de un reporte que publicó la firma financiera Morgan Stanley el 21 de octubre de 2022. La primera premisa es provocadora: “Si la manufactura estadounidense ya no dependerá de China, creemos que el camino será vía México”. La evidencia reciente no es alentadora, al ver que naciones como Vietnam están aprovechando esas oportunidades de manera mucho más eficiente que nosotros. La firma financiera mantiene su optimismo sobre México, a pesar que en la primera página muestra dónde están los obstáculos a que esto ocurra.

“El nearshoring (la manufactura en países cercanos) puede ser transformacional para la economía mexicana”. El equipo de economistas de Morgan Stanley estimó que la ganancia para México, derivada de ese cambio de eje de la manufactura desde Asia hasta nuestro hemisferio, puede significar 155 mil millones de dólares en cinco años. Esto agregaría 10 por ciento adicional al Producto Interno Bruto, un 2 por ciento en promedio por año.

“La falta de infraestructura en México, especialmente en energía, y en los intereses corporativos que preservan el status quo, son un obstáculo serio para el nearshoring”. El equipo de Morgan Stanley reconoce, además, que “los ecosistemas manufactureros son importantes. (…) Las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China y el resto de Asia son un obstáculo formidable para el establecimiento del ecosistema de tecnologías de información y hardware, y en caso de escalar esas tensiones, México recibiría inversiones muy importantes en electrónica y tecnologías e información”. La empresa cree que el balance riesgo-rendimiento en México está mejorando, y lista algunas de las empresas que podrán beneficiarse a partir de estos procesos.

En esta columna concluimos algunas cosas alrededor del reporte. Primero, que la política energética de López Obrador, Nahle y Bartlett, tiene consecuencias graves y serias para el progreso del país en el mediano plazo. No vamos a ser un centro manufacturero de excelencia en tecnologías de avanzada si nuestra energía es cara y viene de fuentes contaminantes.

Pero, también, otras políticas de la 4T, heredadas del antiguo régimen priista, pueden ser un problema serio para que esto ocurra. Específicamente, vemos como obstáculos graves la política educativa y la economía del conocimiento. Necesitamos ser un país dueño de activos de propiedad intelectual (patentes, modelos de utilidad, marcas, modelos de negocio, redes comerciales). Nuestra educación está construida para callar y obedecer, con especial sumisión al Estado, no necesariamente a los empresarios. No producimos suficientes patentes y modelos de utilidad porque no tenemos suficiente inversión en investigación, desarrollo y ciencia aplicada, especialmente de tipo privado.

La realidad es que los chinos tampoco los tienen. Se los robaron a sus primos capitalistas de Hong Kong y Taiwán. Hoy, el emperador Xi Jinping y el Partido Comunista Chino están cada vez más duros con las libertades políticas, económicas e individuales en esos dominios de libertad capitalista.

Ahí hay una oportunidad para México: debemos reconocer a Taiwán como república independiente, aunque la China Popular se enoje. Tenemos que incentivar que naturalicen sus patentes, modelos de utilidad, métodos de manufactura y recursos comerciales en México. Tenemos que garantizarles la propiedad de esos activos, y que la ley mexicana los protegerá como la americana, canadiense, europea o japonesa lo haría: manteniendo a los burócratas maoístas de la China comunista con las manos amarradas y que no puedan apropiarse de esos activos.

Tenemos que hacer giras de inversión entre los países, tener oficinas de representación comercial, e invitar a otros enclaves de cultura china con independencia económica real, como Singapur, a invertir en México. Singapur es, quizá, la nación más competitiva del planeta. Taiwán también lo sería, si más países los reconocieran como un país independiente.

Estados Unidos no reconoce a Taiwán porque lo pone en una línea de conflicto directa con los chinos. No creo que la China comunista invada México a partir de que reconozcamos a Taiwán, y que hagamos más negocios con ellos. Vamos a aprender más de los capitalistas chinos, que de los comunistas que hicieron su versión de capitalismo antidemocrático para mantener un régimen totalitario y enemigo de las libertades individuales. México tiene más tradición en economía de mercado, democracia y libertad que en regímenes totalitarios. Mantengamos esa tradición, que además nos puede hacer más prósperos.

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