Costo de oportunidad

Corriente opositora

Los conservadores y opositores, según el presidente, son los que creen en una economía mixta, con un espacio para el Estado y otro para el sector privado.

Las etiquetas políticas son responsabilidad de quien las endilga, y de quien las asume. La izquierda le da una connotación peyorativa a la etiqueta ‘neoliberal’, evocando visiones de los noventa tempranos, de la cleptocracia renacida en esquemas de capitalismo de cuates, cuyo exponente nacional fue el presidente Salinas. Sin embargo, en los sexenios de los presidentes De La Madrid, Salinas, Zedillo, nació una visión distinta dentro del hermético régimen priista que permitió una transformación importante de la economía mexicana, de las instituciones del Estado y de la sociedad de nuestro país.

El gobierno actual está abocado a apoderarse de nuevo de todos los activos que en su mente deben ser propiedad del Estado. Paty Armendáriz dice que “tenemos que regresar a la rectoría económica del Estado”, con un montón de cinismo. Hasta en el PRI de Echeverría y López Portillo eran menos descarados. Hablaban de una economía mixta, con un espacio para la actividad privada y otro para la pública.

Las diferencias entre Corea del Norte y Francia son notables. Esa es la distancia entre el discurso de la verdadera corriente opositora –voces como Nahle, Bartlett, Armendáriz, Citlali– y los que aún creemos en el proyecto de liberalizar, dinamizar y hacer grande y eficiente a México y a su economía.

Vuelvo a las etiquetas políticas. Seguramente Napoleón pensaba que los partidarios de la casa de Orleans eran conservadores. Los verdaderos liberales eran los que querían retomar el camino del liberalismo francés, dejar de alabar a un emperador, constituirse como una verdadera república. Napoleón los ponía a todos en la misma canasta de opositores a su proyecto político. Por lo tanto, todos eran conservadores, sin importar si querían un rey que volviera a Versalles, o buscaban persistir en el experimento democrático. Era indispensable cambiar hasta el lenguaje y el calendario para que los nuevos franceses se asumieran como imperio napoleónico, no como monarquía caduca ni como república naciente.

Los verdaderos opositores al progreso nacional son los integrantes, habilitadores y sicofantes de este gobierno. Citlali es esa corriente opositora que no puede convencer de volver al dominio del Estado en la electricidad. Los conservadores y opositores en la etiqueta presidencial, somos los que creemos en un mejor mercado eléctrico, de economía mixta, con un espacio para el Estado y otro para el sector privado. Como la corriente opositora de Citlali no puede convencer, entonces decide hacer maniobras antidemocráticas para evitar el voto de sus contrarios de ideas. Hay que impedirles el acceso al Palacio Legislativo, no hay de otra, es la idea que se mueve entre las células cerebrales e intestinales de esa corriente opositora.

Alito, Marko, Salomón y sus huestes, último resquicio de la sensatez legislativa, deciden dormir en el Congreso para que no los madruguen. La mesa directiva de la cámara, con ese espíritu conciliador y democrático que caracteriza a Morena, decide mover la votación al domingo. El Congreso convertido en una ciudad medieval sitiada. A ver quién aguanta más.

En este voto nos estamos jugando el país. Bartlett quiere que el Estado recompre activos energéticos hoy en manos del sector privado pagando pesos de a centavo en el mejor de los casos. Si lo dejamos, nadie vuelve a invertir un peso en México, sea mexicana o extranjero. Construir la confianza del público inversionista tomó décadas. Ese público inversionista no son señores en Nueva York viendo Bloomberg; también somos los cuentahabientes de las Afore y otros mexicanos que tenemos todo tipo de activos en México. Casas, terrenos, bonos, deuda, acciones, cuentas bancarias.

La electricidad nunca va a ser barata si está controlada por un monopolio estatal contaminante, ineficiente y sin capacidades de inversión. Hasta los diputados de Morena deberían entender esto y rebelarse contra sus mandos. No basta con preservar organismos autónomos débiles y sin dientes. El despacho de fuentes de generación a la red debe atender criterios de eficiencia, oportunidad, costo y mínimo daño ambiental. México tiene compromisos con la comunidad global de reducción de emisiones. No cumplirlos nos hace quedar como un país caótico y poco confiable.

México tiene que ser un buen país ciudadano del mundo. Pocos países sobre la Tierra tienen el potencial eólico, solar, geotérmico y renovable en general que tiene México. Aprobar la reforma eléctrica del presidente es renunciar a progresar. No podemos permitirlo.

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