Fuera de la Caja

¿Dónde quedó?

Hace algunos días le decía que sigo con la impresión de que López Obrador esperaba encontrar cofres llenos de oro y joyas, arcas de dinero, cajas fuertes repletas de valores.

Una pregunta muy frecuente es: ¿dónde está el dinero que se supone ahorra el gobierno, si ahora no hay para nada? Algunos, incluso, lo convierten en broma y afirman que había más dinero disponible con los 'corruptos' que con los 'honestos'.

Hace algunos días le decía que sigo con la impresión de que López Obrador esperaba encontrar cofres llenos de oro y joyas, arcas de dinero, cajas fuertes repletas. No los había, porque el gobierno mexicano ha vivido en problemas financieros desde hace 55 años. Desde 1965, los gastos empezaron a superar los ingresos, debido a que se incrementaron las ofertas políticas, pero no la recaudación. La reforma fiscal que se propuso a Echeverría no se hizo realidad; la del IVA tuvo más éxito, pero no era suficiente; ni Fox ni Calderón pudieron sacar una, debido a la oposición del PRI, y fue hasta la reforma de 2013 que por fin logramos superar la barrera de 10 puntos del PIB en recaudación. Hasta antes de eso, éramos el país con menor tributación del mundo. Desde entonces, nada más damos lástima.

Pero eso lo sabía el nuevo gobierno, y tuvo la inmensa oportunidad de hacer una reforma fiscal: tenían toda la legitimidad, el apoyo del Congreso y podrían cumplir su promesa de revertir rápidamente la desigualdad. En esta columna, y su antecesora en otro medio, propusimos diferentes formas de lograrlo, desde hace dos décadas. Y lo mismo hicieron otros colegas. Pero de nada sirvió.

Sin mayor recaudación no puede hacerse mucho, y creo que eso quedó claro en 2019. El año pasado, el gobierno tuvo ingresos inferiores a 2018, en términos reales. Debido a un fraude contable (anotar como ingreso de Pemex un subsidio del gobierno), puede dar otra impresión, pero la verdad es que no lograron siquiera mantener el ingreso. La caída de ingresos petroleros la compensaron con el saqueo de fideicomisos, incluyendo el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios. Los impuestos crecieron 1 por ciento en términos reales, nada más.

Por esa razón no se podía gastar más, así que lo único que hubo fue reasignación. Comparo 2019 con 2017, para evitar el año en que hay dos administraciones simultáneas. Se redujo notoriamente el Ramo 23, en donde se acomodaban recursos para incrementos salariales, cambios de plantilla, pero también para distribuir entre diputados y alcaldes, para tener 'guardaditos' y para fondos como el Fonden. Ahí obtuvieron 235 mil millones de pesos. Luego se redujo el presupuesto de Comunicaciones y Transportes (33 mil), ¡Salud! (8 mil), Turismo (5 mil), Presidencia (3 mil), Agricultura (2 mil 500) y el Poder Legislativo (2 mil). Hay otros montoncitos, pero con esto ya tenían 295 mil millones de pesos, que de cualquier manera se fueron en pensiones, IMSS, ISSSTE, municipios, etcétera.

Así que los proyectos del Presidente tuvieron que financiarse con reducciones adicionales. No es mucho, pero Trabajo incrementó su presupuesto en 21 mil millones, Energía en 25 mil, Defensa en 30 mil y Bienestar en 50 mil. Ahí están los programas que le interesan al Ejecutivo.

En los primeros cinco meses de este año, sigue la misma estrategia (comparo 2018 con 2020, enero-mayo). Nuevamente llevan incrementos por 130 mil millones entre Defensa (7 mil 500), Pemex (38 mil), Turismo (mil), Bienestar (38 mil), Trabajo (11 mil) y Energía (35 mil). Ahora se financian con reducciones en CFE (42 mil 500), Ramo 23 (23 mil 500), Agricultura (19 mil), Comunicaciones (12 mil), Seguridad Pública (9 mil), Desarrollo Agrario (6 mil 500), IFE (5 mil), Hacienda (3 mil 500), Marina (2 mil 700), Medio ambiente (2 mil 700), Conacyt (2 mil 400) y ¡Salud! (2 mil 100).

Porque otra vez no hay incremento en ingreso. La caída de ingresos petroleros se financia con el saqueo de los fideicomisos que quedaron. Ya se acabaron todo. Así que no es que el dinero lo estén escondiendo, simplemente ya no hay más.

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