Fuera de la Caja

Ilusión

Al unir los sectores público y privado, la construcción de obras de ingeniería civil crece en 22%, que en términos reales debe rondar 17% entre el segundo trimestre de 2022 y el mismo de este año.

Sigo preocupado con la información económica reciente, especialmente la que se refiere a las “obras de ingeniería civil”, que son parte de la Construcción. Mi preocupación se deriva de comparar la información que INEGI publica en diferentes mediciones, así como la que proporciona Hacienda.

No cabe duda de que hay un mayor gasto en construcción de esas obras de ingeniería civil durante 2023. En el sector privado hay un incremento del orden de 17 por ciento en la construcción de edificios industriales (parques), que significa más de 4 mil millones de pesos adicionales, comparando el segundo trimestre de este año con el mismo periodo de 2022. Sin embargo, hay una reducción en otros rubros de gasto (privados), por lo que el incremento total es de 3 mil 600 millones, que representa un crecimiento de 4.5 por ciento. Si descontamos la inflación, prácticamente no hay cambio: no hay más inversión privada en este renglón.

Del lado público, el incremento es mucho mayor: casi 24 mil millones de pesos adicionales, casi 58 por ciento de crecimiento. De ese monto, 19 mil millones se concentran en dos obras: el Tren Maya y gastos asociados a refinación y petroquímicas en Campeche (?). Es un incremento notable, y explicable. Al sumar ambos sectores, la construcción de obras de ingeniería civil crece en 22 por ciento entre esos dos trimestres, que en términos reales debe rondar 17 por ciento.

Sin embargo, el índice que se publica al interior de la actividad industrial, para este sector específico, crece en ese mismo período 113 por ciento. Pasa de 75 unidades en el segundo trimestre de 2022 a 161 en el mismo periodo de 2023. Al mes de julio, ya alcanza 194 unidades. No veo razón alguna para este crecimiento. El detalle es que esas “obras de ingeniería civil” representan 2.75 por ciento del valor de la industria, de forma que esa inmensa diferencia en ese sector se refleja en un crecimiento del sector completo que no parece tener mucho sentido. En lugar de aportar medio punto porcentual a la industria, con esos valores estratosféricos, el crecimiento es de tres puntos.

Dicho más claramente, si en lugar de utilizar el índice que crece explosivamente, utilizamos los valores que el mismo INEGI reporta en su encuesta, que además son compatibles con los datos de inversión física de Hacienda, entonces la industria mexicana no está creciendo a 4 por ciento anual, sino por debajo de 1.4 por ciento. Al extender este mismo cálculo al IGAE, en lugar de estar creciendo 3.5 por ciento, la economía está apenas llegando a 2.5 por ciento. Es decir, los ajustes al alza que han realizado muchos dependen esencialmente de un solo dato, que es muy extraño.

Debido a que se trata de construcción, su impacto se nota en los datos de inversión. Sea la inversión fija bruta que se publica mensualmente, o el dato trimestral publicado este lunes. Todas esas series dependen del cálculo originado en la actividad industrial que, como le digo, no parece compatible con todas las demás cifras asociadas, sean de INEGI o de Hacienda.

Ya hace tiempo habíamos comentado aquí (Todo bien, 26/VII/23) la aparición de datos anómalos desde el mes de octubre. En todos los casos, se trata de información que produce el gobierno (Pemex, Defensa) que entrega a INEGI. Desde entonces, me ha preocupado que las fuentes originales no estén realizando bien el procesamiento de información, provocando que INEGI tenga más trabajo del usual, y además con mayor riesgo.

En el caso que hoy comento, el impacto es muy considerable. Si efectivamente hay un error, ya ha provocado ajustes en estimaciones de crecimiento e inversión que no tendrían sustento alguno, y que pueden llevar a complicaciones aún mayores: una cifra del PIB demasiado elevada, que puede hacer pensar que hay margen en finanzas públicas cuando no es así, por ejemplo. Sugeriría ser más cauto con las cifras, en lo que se confirman o rectifican.

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