Tiro al blanco

Luis Chávez se arrepentirá si se va Rusia

El seleccionado mexicano dará un cambio radical a su carrera para jugar en una liga que nunca fue competitiva en Europa y que se ha visto afectada por los conflictos bélicos.

Una plana que diga: “Jugar en Rusia no es jugar en Europa”.

No es Luis Chávez un jugador valiente que decide pagar su cláusula de rescisión para cumplir su sueño de jugar en el Viejo Continente, no se equivoquen. El seleccionado mexicano, bajo el consejo de su agente, el argentino Claudio Curti, tomará un avión rumbo a Moscú con un sueldo superior al que le ofrecía Monterrey, un bono de firma que supera los 6.9 millones de dólares que costó su liberación, pues debe pagar los impuestos de esa cláusula por 5 millones libres para ir a Europa. A eso hay que sumarle, por supuesto, el jugoso bono para Curti.

En 2013, Curti afirmó: “Es cierto, (Vergini) le gusta a Martino”. Santiago Vergini es un ex defensa central, actualmente con 34 años de edad; en esa época jugaba para Newell’s Old Boys, el “alma mater” de ese Gerardo Martino, entonces entrenador del Barcelona y muy cercano al representante. El “Tata” no se llevó a Vergini al conjunto culé, en cambio, el futbolista acabó en Estudiantes La Plata, luego pasó por Sunderland, Getafe, Boca, Bursaspor, San Lorenzo y, finalmente, se retiró en 2021 en Atlético Tucumán por una lesión de talón. No, no estaba para el Barça, pero el “Tata” sirvió para inflar su valor. Eso es parte del show y ese es el modus operandi de muchos agentes.

Martino y Curti son cercanos a la fecha. El actual entrenador del Inter Miami y ex de México aprobó que Chávez firmara con él, con algo de influencia de su compañero de equipo, Óscar Ustari, también representado por Curti, y el mundialista en Qatar aceptó por la promesa de llevarlo a Europa. Una oferta del Dínamo de Moscú le movió el tapete al volante del Pachuca y allá va, a una Liga de tercera línea cuando pertenecía a la UEFA, que sacó al futbol ruso de todas sus competiciones, clubes o Selecciones, con el comienzo de la guerra en Ucrania.

Rusia es un destino menos que atractivo para cualquier jugador. Apenas el martes, una de sus últimas figuras, el brasileño Malcom, ex Barcelona, pasó del Zenit al Al-Hilal árabe por 60 millones de euros. El defensa croata Dejan Lovren acaba de dejar al mismo Zenit para volver al Lyon francés. En territorio ruso quedan unos poquitos como Quincy Promes -neerlandés ex Ajax y Sevilla, ahora en el Spartak Moscú, y que sigue jugando pese a recibir una sentencia de 18 meses por tráfico de drogas y apuñalar por la espalda a su primo en una fiesta en 2020, gracias a que no existe trato de extradición entre Países Bajos y Rusia a partir de la guerra- o el seleccionado colombiano Wilmar Barrios (Zenit), y párenle de contar.

Para TransferMarkt, la Liga rusa tiene un valor actual de 842 millones de euros, es decir, solo 7.3 millones más que la Liga MX, que vale 834.7M. En todo caso, la MLS era mejor destino para Chávez, primero porque tiene más valor (1,023M) y después porque hay más exposición, más calidad y hasta está más cerca de la familia.

Pero bueno, allá va Chávez -en principio, pues no ha firmado y todavía podría haber un cambio de planes- y Grupo Pachuca, que se distingue por apostar por las fuerzas básicas y su gran ojo para fichar extranjeros, es el damnificado. Y también lo será con la inminente salida del chileno Víctor Dávila, quien está a punto de dejar al León para unirse al Spartak y también debe pagar su cláusula, de unos 3.5 millones de dólares, pues el grupo presidido por Jesús Martínez Patiño comunicó que no negociará con rusos. Las operaciones le implicarán pérdidas por medio millón de dólares, en lugar de las ganancias por dos futbolistas sumamente atractivos en el mercado nacional.

Esta situación también será uno de los temas que deberá abordar la Federación Mexicana de Futbol y el flamante comisionado presidente, Juan Carlos Rodríguez, quien debe fomentar que los mexicanos vayan a Europa, pero también proteger a los clubes, quienes, a final de cuentas, entregan la materia prima para el negocio mayor: la Selección Nacional.

Cuando se habla de ir al futbol del Viejo Continente, se piensa en ir a la élite, subir el nivel, enfrentarse a los mejores, ser dirigido por los mejores, aspirar a disputar competiciones europeas, CRECER. Nada de eso lo ofrece el futbol ruso en ese momento. De hecho, tampoco lo ofrecía antes de la guerra. El último club que avanzó de grupos en la Champions fue el Zenit en 2016, y lo echaron en Octavos. Para 2023-24, Rusia seguirá vetada de competiciones europeas.

Para resumir: Luis Chávez NO se va para cumplir el sueño europeo; NO se va para saltar a otra Liga allá (la mayoría no negocia con clubes rusos); NO se va para mejorar su nivel futbolístico. El mediocampista se va por dinero. Y se vale, pero hay que decir las cosas como son.

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