Viene lo peor. La guerra intestina entre los colaboradores y el círculo cercano a AMLO desgarra los cimientos mismos de la 4T. Es inocultable.
Aunque Gertz Manero en su defensa desesperada acuse una “extorsión mediática criminal”, las evidencias en su contra son aplastantes. Tenemos a un fiscal general delincuente. Un supuesto defensor de la ley, que viola el marco jurídico vigente, espía a los ministros de la Suprema Corte para obtener proyectos, fallos y sentencias en su beneficio. Tenemos a un fiscal, quien debiera ser el garante del derecho, convertido en extorsionador, prevaricador, manipulador de expedientes y, para colmo, sometido a la voluntad presidencial.
Una vez más, como tantas veces en el pasado, la justicia al servicio de la política en turno.
Este régimen prometía ser diferente. No lo fue.
Peña acusó a Ricardo Anaya con el fin de descarrilar su campaña presidencial.
AMLO acusó a Ricardo Anaya para acallar a un relevante opositor político.
Gertz Manero ha formulado acusaciones y cargos en contra de ‘adversarios’ del presidente, pero más grave aún, en contra de sus propios colaboradores.
La guerra intestina contra Scherer, detenida o manipulada por el presidente en un intento por salvar la imagen de su exconsejero, pero al mismo tiempo la suya propia, derivará en acusaciones y audiencias en contra de abogados que intentaron extorsionar a Juan Collado con Caja Libertad, a Alonso Ancira con Altos Hornos de México, a Juan Manuel Álvarez Puga con bienes y obras de arte. Todo a cambio de libertades negociadas, pactadas, reducidas.
El caso de Emilio Lozoya fue a cambio de información y evidencias que implicaran a Peña Nieto y a su círculo inmediato, a Anaya, a senadores del PAN y del PRI. Todo acabó en una opereta vergonzosa para el gobierno y para el fiscal. La conclusión, 46 años de sentencia pide ahora una Fiscalía que se llama a engaño y patrañas por parte del ‘testigo de oportunidad’.
Un auténtico lodazal de componendas, acuerdos extrajudiciales, violación flagrante de la ley, sometimiento del fiscal al mandato presidencial, en franco atropello de una independencia que, en los hechos, no existe.
Pero todo esto podría restringirse al ámbito judicial, la altamente sospechosa relación de la Corte, la Consejería Jurídica y el señor fiscal general de la República.
El tema para la administración del presidente es que aparecen todos los días señales claras de actos ilegales, conductas inmorales que derrumban la narrativa del gobierno impoluto, la familia ejemplar, la eliminación total de la corrupción.
Hoy es difícil ocultar la verdad sustentada con evidencias sólidas.
Pemex renovó contratos millonarios a Baker Hughes, la empresa para la que la señora esposa del hijo mayor del presidente presta sus servicios. ¿Siguen sosteniendo que no hay conflicto de interés? Los hijos mayores del presidente se refieren a Octavio Romero Oropeza, director general de la paraestatal, como “tío”. De verdad, ¿no hay conflicto de interés?
La Auditoría Superior de la Federación encuentra irregularidades en programas educativos, en las obras de infraestructura para planteles escolares, en los recursos asignados a escuelas para remodelación. Aparece el rastro de contratos obligados a los ‘siervos de la nación’, que terminarán siendo un ejército de negociantes, más que de servidores.
La 4T hace agua en múltiples frentes, justo en el año que enfrentará el escenario económico más adverso. Inflación al alza, generación de empleo a la baja, elevadísimos costos de combustibles por el conflicto internacional, que este régimen insiste en minimizar. “No nos afecta lo que pase en Rusia y Ucrania” dice AMLO.
Le compartimos un dato: en 2021 el gobierno dejó de recaudar 129 mil millones de pesos por el impuesto especial a gasolinas (IEPS). El SAT no ingresó ese dinero porque suspendió el impuesto y con ello benefició un precio al público estable, pero artificial.
Este año la pérdida en las finanzas públicas será mucho mayor, debido a que esa recaudación no se recuperará, sino por el reciente anuncio de un ‘estímulo especial’ –entiéndase subsidio– para contener el alza en los precios mundiales de los combustibles.
Ya recortó un programa vital en materia educativa, el de Escuelas de Tiempo Completo, que beneficiaba a más de 3.6 millones de estudiantes, sus familias y madres trabajadoras que podían completar jornadas laborales mientras sus hijos atendían a la escuela en actividades extendidas con alimentación incluida.
La credibilidad dañada, el discurso extraviado, las decisiones erróneas, la improvisación como metodología predominante. Sumemos a esto el enojo y la desesperación por resultados defectuosos, por colaboradores corruptos y tramposos. Es el inicio del derrumbe.