Leon Opalin

El cambio climático más rápido de lo pronosticado

Las tormentas en el Hemisferio Sur ya han alcanzado niveles de intensidad que estaban contemplados que ocurrieran en el año 2080.

De acuerdo a un nuevo estudio realizado por el Instituto Weizman de Ciencias de Israel publicado el 31/05/2022, considera que el clima está cambiando más rápidamente de lo esperado. Las tormentas en el Hemisferio Sur ya han alcanzado niveles de intensidad que estaban contemplados que ocurrieran en el año 2080.

Alrededor de 30 redes de computadoras masivas, intrincadas, sirven a los científicos que se encuentran en la vanguardia de la investigación sobre el cambio climático. Cada red ejecuta un programa software comprendido por millones de líneas de código. Estos programas son modelos computacionales que combinan las miríadas de los fenómenos físicos, químicos y biológicos, que juntos forman el clima de nuestro planeta. Los modelos calculan el estado de la atmósfera, los océanos, la tierra y el hielo, captando la variabilidad del clima pasado y presente y utilizando la información para predecir el cambio climático futuro.

Estos resultados son analizados por los principales institutos de investigación en el mundo, incluido el Instituto Weitzman de Ciencias, y luego son incorporados en el informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático de la ONU (IPCC). Los responsables políticos se basan en el IPCC a la hora de elaborar estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático, una de las mayores crisis de nuestra generación.

Un nuevo estudio publicado recientemente en Natural Climate Change, hará seguramente que el IPCC y otros organismos ambientales tomen nota. Un equipo de científicos dirigido por el Dr. Reichemki del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarios, del Instituto Weitzman de Ciencias reveló una considerable intensificación de las tormentas invernales en el Hemisferio Sur. El estudio llevado a cabo en cooperación con el Dr. Yiming de la Universidad de Princeton y el Dr. Janni Yural, del MIT, seguramente hará revuelo en la conversación sobre el clima. Hasta ahora los modelos climáticos preveían una intensificación de las tormentas de invierno causadas por humanos, solo para fines de este siglo. En el nuevo estudio, Chemke y su equipo compararon las simulaciones de modelos climáticos con las actuales observaciones de tormentas. Su descubrimiento fue sombrío, quedó claro que la intensificación de las tormentas durante las últimas décadas ya han alcanzado niveles proyectados para el 2080.

Chemke explica que una tormenta invernal es un fenómeno meteorológico que dura apenas unos días. Indica individualmente, que cada tormenta no tiene demasiado peso climático. No obstante, el efecto a largo plazo de las tormentas de invierno, se convierte en evidente al evaluar la información acumulada durante largos periodos de tiempo. En forma acumulativa, estas tormentas tienen un impacto significativo, que afecta la transferencia de calor, la humedad y el momento dentro de la atmósfera, lo que consecuentemente afecta las diversas zonas climáticas de la tierra. Un ejemplo de esto es el papel que desempeñan las tormentas en la regulación de la temperatura en los polos de la tierra. Las tormentas invernales son las responsables de la mayor parte de la transferencia de calor de las regiones tropicales hacia los polos. Sin su aporte, el promedio de temperatura en los polos sería aproximadamente 30º más baja. Asimismo, la intensificación colectiva de estas tormentas plantea una amenaza real y significativa para sociedades del Hemisferio Sur, en las próximas décadas.

En su laboratorio, en el instituto Wiezman de Ciencias, Chemke investiga los mecanismos físicos que subyacen al cambio climático a gran escala tratando de comprender si estos cambios en los patrones climáticos eran causados por factores externos (como actividad humana) o si han sido resultado de las fluctuaciones internas del sistema climático global. Analizó los modelos climáticos que simulaban los patrones de intensificación de las tormentas bajo la influencia aislado de causas climáticas internas, sin impacto externo.

Demostró que durante los últimos 20 años las tormentas se han intensificado más rápidamente, lo cual puede ser explicado solamente por el comportamiento climático interno.

Además, en la investigación se descubrió el proceso físico que subyace a la intensificación de las tormentas. Un análisis del ritmo de crecimiento de las tormentas demostró que los cambios en las corrientes en chorro atmosféricas durante las últimas décadas han causado estas escaladas, y que los modelos climáticos actuales no están en condiciones de reflejar estos cambios con precisión.

El estudio de Chemke y sus colegas tiene dos consecuencias inmediatas y considerables. En primer lugar demuestra que no sólo las proyecciones climáticas para las próximas décadas son más graves que las evaluaciones previas, sino que también sugiere que la actividad humana podría tener un impacto mayor al estimado en el Hemisferio Sur. Esto significa que se requiere de una intervención rápida y decisiva, con el fin de detener el perjuicio climático en esta región. En segundo término, es necesario corregir el riesgo de los modelos climáticos, de modo que estos puedan proporcionar una proyección climática más precisa en el futuro.

¿Acaso podrían los modelos climáticos estar prediciendo incorrectamente otros fenómenos importantes?. Los modelos están haciendo un muy buen trabajo en el pronóstico de casi todos los parámetros, ha señalado Chemke. Se ha descubierto un parámetro para el cual la sensibilidad de los modelos requiere ser ajustada. Los cambios en la temperatura, las precipitaciones, el hielo marino, y los patrones de las tormentas estivales, por ejemplo, se están simulando con precisión. Se considera que ahora, los científicos del clima, podrán estimar con mayor precisión el alcance que el daño climático puede llegar a provocar; daños que solo serán mitigados si la humanidad interviene y asume la responsabilidad para el futuro del planeta.

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