Seguramente Sheinbaum sabe que los 15 o 20 puntos que le lleva a Xóchitl de ventaja no son una cosa fija, que las campañas tienen vida propia.
Debió ser bonito mientras duró, pero así es la política: quien apuesta mucho, gana mucho o pierde mucho, y Movimiento Ciudadano apostó mucho.
Las campañas se basan en dilemas que se plantean a los electores. Sí o no, continuidad o cambio, pasado contra futuro, derecha o izquierda...
Los demócratas del corporativo están a unos meses de abandonar su más reciente proyecto: Xóchitl Gálvez.
Por lo pronto hay que saludar la presencia de la tercera mujer en la contienda. Esto puede ponerse bueno.