Jorge Berry

Fascismo

El partido de Mussolini sobrevivió, y hasta una nieta del tirano sigue en el servicio público. Ahora, por la tibieza de la reacción, los italianos tendrán que vivir con las consecuencias.

Hace casi 100 años, en octubre de 1922, Benito Mussolini anunció que tomaría Roma, la capital de Italia, acompañado por su ejército de camisas negras. Había concluido la I Guerra Mundial, y una ola de nacionalismo fanático y xenófobo invadía Europa. Mussolini entendió desde el principio que el camino más seguro para llegar al poder era la intimidación, el enfrentamiento y la amenaza.

El gobierno intentó responder mandando al Ejército a defender la capital, pero el rey se opuso, y con el argumento de evitar un baño de sangre, invitó a Mussolini a formar gobierno. Il Duce aceptó gustoso. Menos de tres años después, Mussolini ya había abolido al Parlamento, se deshizo de la monarquía y decidió que las elecciones eran innecesarias. Fascismo puro. Así empezó la época más oscura que conoció el mundo en el siglo 20.

Al terminar la II Guerra Mundial en Europa, con la derrota del axis Alemania-Italia, Mussolini escapó de Italia. Se fue a refugiar a Suiza, pero al poco tiempo fue capturado, fusilado y colgado de cabeza en la ciudad de Milán, mientras los italianos expresaban su furia ante los excesos a que los llevó Mussolini.

Además, Mussolini sembró la semilla del nacional-socialismo en un joven de Bavaria, Adolfo Hitler, que trató de emularlo, pero la policía lo capturó, y lo mandó siete años a la cárcel, donde escribió su ahora famoso pasquín Mein Kampf (Mi lucha). Con ese templete, llevó al mundo a la II Guerra Mundial.

El proceso de cicatrización fue distinto en ambos países. En Alemania se convirtió en delito cualquier apología del régimen nazi de Hitler. Casi logran erradicar el virus, aunque sobreviven células neonazis en Alemania y otros países. La respuesta italiana no fue tan intensa. El partido de Mussolini sobrevivió, y hasta una nieta del tirano sigue en el servicio público. Ahora, por la tibieza de la reacción, los italianos, que parece no aprenden de la historia, tendrán que vivir con las consecuencias.

El pasado 25 de septiembre se oficializó el conteo electoral en Italia, y el partido Hermanos de Italia, de la ultraderechista Giorgia Meloni, fue el partido más votado, con 26 por ciento. La respaldó entonces Forza Italia, de centro-derecha, y el ultraderechista La Liga, el sucesor del viejo partido de Mussolini, y Meloni se convertirá en la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra de Italia en toda la historia. Como diría Juanga, pero qué necesidad.

Es nueva heroína de la ultraderecha mundial. Gran amiga de la francesa Marie Le Pen, y de cuanto aspirante a dictador haya en el horizonte. Hace menos de un año hizo una gira triunfal por Estados Unidos, patrocinada por los republicanos extremistas, donde expuso su teorías xenófobas y racistas en medio del aplauso generalizado. En serio, estamos enfermos.

¿No queda claro que las condiciones que llevaron a una guerra mundial se están reproduciendo por todos lados? ¿No aprendemos nada?

La fórmula usada por esta mujer para llegar al poder es la misma de Trump, de Putin, de Chávez, de los dictadores de las exrepúblicas de la URSS y sí, de López Obrador. Asustar a la gente, convencerlos con mentiras y, aprovechando su ignorancia, asumir el poder con el objeto de nulificar la única arma que tiene la sociedad para oponerse a sus excesos, que es el voto. Por eso el ataque contra el INE, por eso la destrucción de las instituciones. Para no dejar el poder nunca.

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En Estados Unidos quedan menos de seis semanas para las elecciones intermedias. Muchos de los candidatos republicanos, sobre todo los que llevan la bendición trumpiana, ya amenazan que si no ganan, es porque les robarán la elección. ¿Dónde he oído eso antes? Pero lo cierto es que ya por lo menos dos de esos aspirantes quedarán inhabilitados para servir, aunque ganen su elección. Los juzgados se lo impedirán a quienes participaron físicamente en los hechos del 6 de enero, y hay varios.

Se suspendió la audiencia programada para ayer sobre la insurrección. El motivo es la emergencia nacional por el huracán que pegó en Florida.


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