Parteaguas

Salven el seguro de gastos médicos

Quien hoy paga una protección de esta naturaleza enfrenta el dilema de mantenerlo en el presupuesto familiar, pese al cierre del negocio o la pérdida del empleo.

¿Cómo va a quedar el IMSS después de la pandemia o el ISSSTE?

Son instituciones que ya venían golpeadas por la falta de recursos y ahora deben superar la peor circunstancia de salud que ha visto esta generación, con una enfermedad que nadie conocía y que en un año brincó al segundo lugar de causas de muerte en México, después de las cardiacas.

La estadística muestra que es más fácil morir hoy por el ataque de este coronavirus, que de diabetes o de un choque. Y todos quienes se enfermen, deben sumarse ahora o en el futuro a aquellos que acuden por ayuda para enfrentar el cáncer y otros padecimientos crónicos degenerativos.

El cuello de botella en los centros de atención médica de los servicios de seguridad social se aprieta más. Ni hablar de quienes no cuentan al menos con esos beneficios.

Quien hoy tiene un seguro de gastos médicos mayores es definitivamente privilegiado, pero no está a salvo de un gran lío: los precios de las pólizas.

Sólo el año pasado aumentaron muy por arriba de la inflación general y es lógico, los medicamentos y las consultas y otros servicios médicos también se elevaron por arriba del marcador general de precios.

Además, producto de la pandemia hay más enfermos, por lo que consecuentemente las aseguradoras enfrentan más gastos. Eso les pega en las ganancias.

Las utilidades operativas –ingresos menos gastos– de Metlife cayeron el año pasado casi 900 millones de dólares, a 7 mil 241 millones. Los datos más recientes de Prudential marcan una baja aún más dramática, de acuerdo con información recopilada por Bloomberg.

En México, Monterrey New York Life reconoce que sus utilidades se reducen pese a un aumento anual en ventas de 10 por ciento en el producto de gastos médicos durante 2020.

El aumento en siniestros y gastos motivó también un incremento de 9 por ciento en el precio de las pólizas de esta compañía para compensar el impacto. La empresa considera un incremento similar para este 2021.

Quien hoy paga una protección de esta naturaleza enfrenta el dilema de mantenerlo en el presupuesto familiar pese al cierre del negocio o la pérdida del empleo. El dilema es enorme. Pero la alternativa es también riesgosa.

El año pasado, el gobierno gastó sólo en el IMSS 818 mil millones de pesos. Eso fue 6.16 por ciento más que un año antes, de acuerdo con lo registrado por Hacienda. Esa cifra estuvo por arriba del 3.5 por ciento de la inflación general y también superó la específica inflación en la salud que fue de 4.85 por ciento en 2020, de acuerdo con el Inegi.

Los gastos para el IMSS salieron con ayuda en buena medida de las presiones que ejerció el Servicio de Administración Tributaria para cobrar adeudos de grandes contribuyentes. Walmart, FEMSA y varias empresas debieron reportarse ante el erario.

Pero habiendo cobrado los rezagos descritos, no parece haber de dónde sacar este año para gastos adicionales, justamente como los del IMSS, institución que requiere 901 mil millones de pesos, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2021 aprobado por los diputados.

Conseguir esa cifra depende de que les salgan bien las cuentas a los legisladores, quienes esperan que el gobierno obtenga ingresos por 6.2 billones de pesos.

¿Eso es mucho o es poco? Es 16 por ciento más que el total de los ingresos obtenidos por la federación en 2020.

Si la economía no rebota este año o si Pemex sigue perdiendo dinero del modo que lo hace, no parece haber modo de darle al IMSS lo que necesita. Y eso es el IMSS.

No hablamos aquí del resto de los sistemas de salud gubernamentales.

Si bien puede haber un punto de no retorno en el que no haya más remedio que cancelar la póliza personal de gastos médicos mayores, buena idea sería la de hablar antes con su agente en ánimo de que les ofrezca el precio que les permita mantener el servicio médico más bajo sin perder antigüedad, en espera de tiempos mejores…

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero

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