Parteaguas

¿Quieren irse a Europa?

¿Es mejor vivir en España, Italia o quedarse en México? Entre la guerra de Putin, protestas en Reino Unido y divisiones en EU, Jonathan Ruiz Torre analiza las ventajas que ofrece nuestro país.

Aquí pueden escuchar a Jonathan Ruiz con esta columna Parteaguas. También disponible en Spotify.

Regreso de las vacaciones más largas que he gozado durante mi vida laboral, para llegar a un puente festivo mexicano que me encierra inevitablemente en el callejón de la reflexión: ¿Estaría yo mejor viviendo en España o Italia?

Nadie puede responder por otra persona. Contestar debe hacerse individualmente, porque cada quien enfrenta su propia circunstancia.

Yo creo que estoy muy bien en México. Pero entiendo que mucho depende de mi contexto. Quizás si habitara una zona de conflicto por el crimen organizado, otro gallo cantaría.

Italia tiene tal vez la personalidad más seductora del mundo y España, para quienes entendemos la fortuna de nuestra historia mestiza, siempre será un amor pretendido.

¿Ustedes prefieren Europa? Antes de considerar su conclusión, revisen un poco más.

La península ibérica me despidió la semana pasada con este encabezado de portada en el diario El Mundo: “Putin mete la guerra en la UE”.

Ya sabemos. El líder ruso Vladimir Putin, tejió y se montó desde hace décadas el disfraz del villano poderoso al que deben temer las personas. Los europeos han correspondido.

Estuve hace años en el seno de la administración de la Unión Europea y pude constatar cara a cara el pánico de los burócratas de esa organización, respecto a lo que representaba ya Rusia desde antes de su guerra contra Ucrania. Ahora en este 2025, percibo que la narrativa de Putin solo crece:

“Mientras los polacos dormían, el escenario que los políticos europeos llevan desde 2022 evitando invocar se presentó durante unas horas en la oscuridad del cielo: armamento de la OTAN derribando drones rusos. El sonido de los aviones de combate y las explosiones despertó a los vecinos en Lublin, la tranquila ciudad universitaria a la orilla derecha del río Vístula, en el este de Polonia”, publicó El Mundo.

El mandatario ruso cruzó el límite y sus armas han llegado al territorio de los “aliados”. La bella y tranquila España entró en pánico. Los titulares de quienes opinan en El Mundo lo confirman:

“¿Está Europa preparada para ir a la guerra?”; “Estado (crítico) de la Unión Europea” y una nota del corresponsal en Bruselas, Daniel Viaña, consignó que la presidenta de la Unión Europea, Ursula Gertrud von der Leyen, pronunció el miércoles uno de sus discursos más bélicos y crudos, del que extrajo estas frases:

“Europa defenderá cada centímetro cuadrado de su territorio”; “es una lucha por nuestro futuro”.

Así dejé Europa. Al aterrizar en México me enteré de que en el Reino Unido hubo una manifestación de entre uno y tres millones de personas. Antes de entender el contexto sentí algo de alivio. Marchan por la paz, pensé.

Nada, los que caminaron en masas por la capital de Inglaterra fueron mayoritariamente jóvenes en contra de la inmigración, principalmente de individuos provenientes de la región árabe.

Su postura demostró que muchas personas de esa nación no se inclinan por detener la crisis humanitaria de palestinos causada por Hamas y el líder de Israel Benjamín Netanyahu. Al contrario, si indirectamente contribuye a su interés de debilitar lo que consideran una “invasión” a su país, incluso apoyan verbalmente la continuidad de la situación en Gaza.

De vuelta en mi continente hay motivos que fertilizan el pesimismo.

El asesinato de un joven individuo estadounidense de ideas radicalmente conservadoras marcó más la raya que divide a la población de Estados Unidos. Opinar se encarece en ese país. Algunos llaman al inicio de una “guerra civil” entre sus habitantes.

Visto el contexto que desdibuja la utopía de una vida fantástica afuera, México puede analizarse desde otra perspectiva. No porque esta nación carezca de conflictos graves, sino porque en un mundo que se revuelve a un ritmo tan rápido, conocer tu ambiente brinda herramientas para tomar decisiones con más información.

Comprender las ventajas de una nación grande que aún defiende a la familia, el libre comercio y hasta cierto punto la libertad de expresión y la democracia, demuestra la continuidad de las ventajas de una relativa independencia. Son ventajas que empiezan a escasear.

No porque se trate de un país perfecto, sino de uno en el que los ciudadanos organizados aún pueden ajustar el destino a conveniencia, sin que un dictador o reyezuelo lo imponga, por eso,viva México.

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