Quien piense que México enfrenta una crisis económica, que avise al INEGI. Hay empleo, hay mucho empleo. Que no sea el empleo que deseamos, es otra cosa.
Solamente 2.8 por ciento de las personas que buscan trabajo no lo encuentran.
Ojalá fuera fácil explicar lo que ocurre, pero no. En Estados Unidos se quejan de un serio problema: la economía sigue dando empleos que no pueden ocuparse.
Eso ocurre pese a que las autoridades usan el arma más poderosa para detener la economía y con ello la inflación: el alza en las tasas de interés de la Reserva Federal, que encarecen el costo de comprar cosas. Pese a todo, siguen las vacantes.
¿Es obra de la flojera? ¿La gente allá se acostumbró a recibir 300 dólares cada semana a cambio de respirar durante la pandemia? ¿Es un cambio generacional?
Las nuevas funciones laborales a veces exponen a jornadas interminables. Si WhatsApp no se detiene, ¿por qué debe detenerse la jornada laboral de una persona? Si hay que visitar a ese cliente en domingo, lo visitas el domingo y ya está. Todo, por el mismo precio en un país en el que los salarios no han crecido medidos en dólares casi en dos décadas. ¿Salir a trabajar por eso?. Los inconformes con esa situación moldean un grupo sospechoso de mantener bajas las tasas de desempleo.
Esos debates solían ser un lío de las personas menos preparadas.
Los otros ‘flojos’
Ustedes conocen a uno. Puede ser un periodista, un arquitecto, un abogado, un ingeniero o un economista o aquellos son funciones de nombre ‘fancy’: product o project manager.
Varios de ellos despachan desde su casa y cobran buenas facturas a cambio de sus servicios. Ha llegado su hora.
OpenAI viene trabajando desde hace tiempo el ChatGPT, pero en 2017, el modelo 3 de este producto redujo las estimaciones de tiempo para que la inteligencia artificial alcance a la humana, de acuerdo con la conocida consultora Mckinsey & Company que liberó un reporte este mes, llamado The Economic Potential of Generative AI. Alude a la inteligencia artificial generativa en la que está envuelto ya el reformado ChatGPT4.
Este producto está sacando del mercado a vendedores de alto perfil y va por quienes atienden a clientes y por ciertos desarrolladores de software que hacen tareas monótonas.
Lo anterior tiene una repercusión en las oficinas de recursos humanos. ¿Realmente necesitamos contratar gente? A ver, Lupita, vamos a ver si esa cosa puede sustituir al de marketing que postea en redes… eso inevitablemente impacta ahora a las universidades:
“La IA generativa desafiará el logro de credenciales de grado de varios años como un indicador de habilidades”, dice el reporte de Mckinsey.
¿Y si en lugar de contratar titulados creamos sistemas de capacitación y adecuación de la fuerza laboral más eficientes?
“Es probable que el impacto de la IA generativa transforme más el trabajo de los empleados con mayores conocimientos y con salarios más altos debido a los avances en el potencial de automatización técnica de sus actividades, que anteriormente se consideraban relativamente inmunes a la automatización”, sentencia la consultora.
¿Acaso no habrá trabajo en la era de AI?
Mckinsey dice que sí, contundentemente. Pero eso pasa por un cambio en nuestro modo de vida. Pasar de pensar en una carrera profesional, a una vida de adquisición de conocimientos que nos lleven de una tarea a otra, cada vez más sofisticada y con ello acabar con un estancamiento en la productividad:
“Para lograr estos beneficios, un número significativo de trabajadores necesitará cambiar sustancialmente el trabajo que realizan, ya sea en sus ocupaciones existentes o en otras nuevas. También necesitarán apoyo para hacer transiciones a nuevas actividades”, dice McKinsey. Eso no es para flojos y esperemos que el nuevo secretario del Trabajo se involucre en la solución.