Parteaguas

Los vecinos ahora quieren ‘amor’ comercial

Hoy Estados Unidos tiene tratados de libre comercio con 20 naciones. Solo el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea brinda a México 27 socios, por ejemplo.

Hay un ranking en el que México supera ampliamente a Estados Unidos. No es de esos a los que la gente ponga atención francamente, pero ahora preocupa mucho a los empresarios del país vecino.

“Según el Informe de Habilitación Comercial Global del Foro Económico Mundial, Estados Unidos ocupa el desastroso puesto 130 entre 136 economías en términos de los ‘aranceles que enfrentan’ nuestras exportaciones en el extranjero”, escribió John G. Murphy.

Ese ranking data de 2016 y refiere el porcentaje de impuestos que enfrentan en promedio los productos estadounidenses al entrar a otros países. El número de los vecinos es de 4.9 por ciento, mientras que los mexicanos pagan una tarifa del 3.7 por ciento y ocupan la posición 73. En primer lugar aparece Camboya con 2.2 y, como referencia, Chile está en quinto lugar con su 2.3 por ciento.

Mientras más grande el número, más caros son vendidos los productos de un país y eso los pone en desventaja frente a los de otras naciones.

¿Queda claro, pero por qué lo saca a la luz ahora el vicepresidente de Políticas Internacionales de la US Chamber of Commerce, la organización con las empresas más ricas del mundo?

Porque detrás de esa publicación en el sitio de la organización podría esconderse la siguiente estrategia comercial de Estados Unidos.

Aquí he referido previamente la atención que los gobernantes de ese país ponen a lo que pide la US Chamber of Commerce, en buena medida porque sus miembros pagan muchas campañas políticas.

Ellos pidieron en su momento a Donald Trump que no rompiera relaciones comerciales con México y Canadá, cuando el entonces mandatario pidió acabar el Tratado de Libre Comercio entre las tres naciones. Al final, la amenaza presidencial derivó solamente en la modernización de la relación regional.

Antes le solicitaron a ese presidente abogar por la reducción de los impuestos a las corporaciones, cosa que también consiguieron. Hasta ahí, dos éxitos recientes.

Luego, Trump se les salió de las manos al imponer casi a diario aranceles a distintos países del mundo, entre otras acciones. Su desdén por la opinión empresarial provocó una ruptura.

¿En qué derivó eso? La US Chamber o Cámara de Comercio de Estados Unidos, apoyó decididamente a los demócratas en campañas políticas y, lo que son las cosas, los republicanos perdieron la presidencia y la mayoría legislativa, con el arribo de Joe Biden.

Esa cámara de empresas no juega y por lo visto, no perdona.

Llegado Biden al poder, le pidieron una fuerte inversión para mejorar la “desmoronada” infraestructura estadounidense. Adivinen el resultado: el mayor presupuesto en una generación ha sido aprobado para ese propósito.

Recientemente, la US Chamber pidió una reforma migratoria para llevar trabajadores a Estados Unidos, pues simplemente no los consiguen. Hay hoteles y restaurantes que operan a medias por falta de gente ahora que termina la pandemia.

Y ahora, suman a sus peticiones lo siguiente: más tratados de libre comercio.

“En un frente, en el comercio, Estados Unidos se detiene. Y eso significa que corremos el riesgo de quedarnos atrás”, destacó Murphy en su texto publicado el miércoles en el que advierte que mientras tanto, otras economías se apresuran a firmar nuevos acuerdos” (...) “Si Estados Unidos continúa estancado, perderemos las ventas de exportación y los empleos nacionales que sustentan”, avisó el representante empresarial.

Hoy Estados Unidos únicamente tiene tratados de libre comercio con 20 naciones. Solo el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea brinda a México 27 socios, por ejemplo.

Donald Trump rechazó la Asociación Transpacífica con 12 países, lo que ilustra un error estadounidense destacado por Murphy de la US Chamber.

¿Qué podemos esperar acá? Que a la par de una reforma migratoria, esta agrupación poderosa empuje fuertemente una mayor apertura comercial estadounidense, lo que puede significar la llegada de nuevos competidores para México en ese mercado. Es algo que no puede ignorarse y los mexicanos deben generar una estrategia en consecuencia.

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