Parteaguas

Unos $7 billones que no son de Presupuesto

El Presupuesto, lo sabemos, se va principalmente en pagar un tren, una refinería y en la nómina de trabajadores del gobierno y las pensiones.

Serán aproximadamente 8 billones de pesos de los que dispondrá el presidente López Obrador para distribuir en la economía nacional durante 2023, de acuerdo con lo que ha pedido a los diputados y a ustedes, que pagan el gasto.

Pero hay una suma de similar tamaño que empezará a repartirse a los negocios del otro lado de la frontera norte, misma que puede tener más impacto en el crecimiento del negocio de ustedes o de su carrera.

El Presupuesto, lo sabemos, se va principalmente en pagar un tren, una refinería y en la nómina de trabajadores del gobierno; en sus pensiones, o en las empresas oficiales para las que trabajan.

Mucho se queda en la Ciudad de México. Eso permite entre otras cosas, que Walmart, Chedraui o La Comer sigan vendiendo despensas y que los bancos continúen cobrando comisiones e intereses. Bien por todos ellos.

Vista la austeridad gubernamental, todo lo anterior contribuye a que la economía mantenga su tamaño, pero no a que crezca, de acuerdo con la experiencia de este sexenio.

Por eso trabajadores, pero también empresarias y dueños de negocio de Cuautitlán, Querétaro o Monterrey, deben ir a Twitter y darle un follow a John Podesta.

Del otro lado de la frontera él abrirá una extraordinaria valija con un contenido de una dimensión parecida a la del Presupuesto anual del erario mexicano, pero éste tendrá un propósito distinto al de los gastos habituales de un gobierno. Este dineral que administrará Podesta, lo destinarán a negocios cuyo futuro tamaño hoy solamente podemos imaginar.

Son 369 mil millones de dólares que la Casa Blanca repartirá a los estadounidenses bajo condición de que los cambien por cosas como estufas, coches eléctricos o sistemas fotovoltaicos para sus casas y empresas.

Consideren, digamos, el caso de Solarever, firma mexicana con instalaciones en Hidalgo y en Colima, que produce y exporta a California y Texas paneles solares, misma que desde hace rato planea su llegada al Nasdaq para capitalizarse, de acuerdo con su director, Simon Zhao.

También valoren lo que pasará con trabajadoras y empleados de Ford en Cuautitlán, quienes producen el Mustang Ford E.

Entre los planes a cargo de Podesta está la entrega a nombre del gobierno de Estados Unidos de un cheque por 7 mil 500 dólares (aproximadamente 150 mil pesos) como ayuda para quien quiera comprar ese vehículo eléctrico hecho en México, que se vende allá en aproximadamente 47 mil dólares, poco más de 900 mil pesos.

El futuro de Solarever y de plantas como esta de Ford y otras armadoras instaladas en el Bajío y norte de México, bailará al ritmo que toque la orquesta de este proyecto llamado Inversiones en Seguridad Energética y Cambio Climático en la Ley de Reducción de la Inflación.

El cargo oficial de Podesta es el de Consejero del Presidente para la Innovación e Implementación de Energía Limpia en Estados Unidos.

¿Quién es este hombre? Nació en Chicago y es descendiente de griegos e italianos. Fundó el Centro para el Progreso Americano, una ONG que ataca la desigualdad. Sus detractores lo señalan como socio en la empresa de cabildeo propiedad de su hermano.

John Podesta recientemente presidió la campaña a la presidencia de Hillary Clinton, lo que motivó la animadversión entre grupos del Partido Republicano y aquellos afines al expresidente Donald Trump.

Antes fue consejero del presidente Barack Obama, con quien fue responsable de coordinar la política y las iniciativas climáticas de esa administración que apoyó con fuerza la fundación de Tesla, la compañía de Elon Musk.

Hoy, Podesta es para todo fin práctico el hombre con acceso y poder de decisión en el fondo de inversión más grande para energías renovables de Estados Unidos.

Tiene bajo su supervisión el equivalente a más de 7 billones de pesos, que para propósito de comparación, es un monto similar al que resguardará el año próximo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

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