Parteaguas

‘Mi Matamoros querido’, bien cerca de un billón de dólares

Brownsville está a cuatro horas de Monterrey. Ahí, Frisa vende desde hace años piezas de acero a la industria aeroespacial.

Es un pueblito, lo conocen bien los regios con capacidad de escapar hacia el norte durante la Semana Santa a la Isla del Padre. De no ser por eso, Brownsville sería otro punto perdido en el mapa.

Esa ciudad ahora representa el negocio del futuro y la puerta a un mercado de un billón de dólares (un millón de millones).

El territorio texano es vecino de Matamoros, otro pueblo recordado acaso porque un antiguo referente de la cumbia, el cantante Rigo Tovar, le compuso una canción: “A orillas del río Bravo’, hay una linda región, con un pueblito que llevo, muy dentro del corazón”.

¿Siguen el caso de Artemis? Es el proyecto de la NASA para regresar humanos a la Luna. Ayer detuvieron el lanzamiento del viaje preliminar, no tripulado, que determinará cómo debe ser el que lleve allá especímenes de homo sapiens nuevamente, por ahí de 2026. Como en los días de Neil Armstrong.

Pues ayer encontraron una falla en un motor y están viendo si para el viernes queda lista la nave para hacer el viaje.

Ese cohete llamado Artemis 1 debe volar desde el Kennedy Space Center de Cabo Cañaveral, darle una vuelta a la Luna y luego regresar una cápsula a la Tierra. Francamente, el proyecto no tiene muchos amigos ya, porque superó su presupuesto inicial, como ciertos proyectos con forma de elefante blanco que construyen de este lado del río Bravo.

Inicialmente, invertirían unos 6 mil 500 millones de dólares. Este año autoridades de ese país estiman que el proyecto Artemis va a venir costando unos 96 mil millones de dólares. En todos lados se cuecen habas.

Pero de esas dimensiones son las inversiones en el negocio aeroespacial al que muchos apuestan. Solamente en el segundo trimestre del año, 4 mil 500 millones de dólares fueron invertidos por fondos de capital de millonarios aquí nomás cruzando la frontera norte, de acuerdo con la firma neoyorquina Space Capital.

El mejor ejemplo de los receptores es Elon Musk y su empresa Spacex, que cambió el juego aeroespacial cuando su equipo hizo posible que los cohetes vayan al espacio y regresen, ahorrando con ello el costo de estar tire y tire naves como si se tratase de latas de refresco.

Apenas este mes recibió otros 250 millones de dólares provenientes de fondos como el coreano Mirae Asset Global Investments, de acuerdo con Forbes, con lo que acumula 2 mil millones de dólares de fondeo, solo en 2022.

La nueva ronda de inversión confirmó el valor de 125 mil millones de dólares de la empresa de Musk, que es la startup o empresa de reciente lanzamiento más valiosa de Estados Unidos y probablemente del mundo.

¿Y en dónde está el centro de actividades de los lanzamientos de Spacex? En Brownsville, Texas, a tiro de piedra de Playa Bagdad, en Matamoros, Tamaulipas.

En ese pueblo texano dicen que la llegada de grandes empresas de la industria aeroespacial atrajo a muchas otras compañías de distintos rubros. Revisen el caso de Space Channel, que tiene ahí su sede mundial de noticias transmitidas por Apple TV.

Su director, Chad Mallam, aspira a que pueda convertirse en otro Hollywood. Aquí hay detalles: https://bit.ly/3KunpW2.

Pero Brownsville, que hace frontera con algunas empresas de ese municipio, está también a cuatro horas de Monterrey. Ahí, Frisa vende desde hace años piezas de acero a la industria aeroespacial.

“Nuestro principal mercado son las turbinas, nuestros clientes son turbineros, sin embargo, ya estamos vendiendo directamente a Boeing y Airbus, y estamos ya entregando el producto a SpaceX, algo poco de helicóptero y algo también poco militar”, dijo en junio su fundador, Eduardo Garza T, quien ya toma un pedacito de ese enorme y creciente mercado.

La puerta al negocio del espacio está ahí a la vuelta de Matamoros, que puede estar tan cerca o tan lejos de México, como cada quien quiera verla.

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