Parteaguas

Novedades de un despegue en Yucatán

Este fin de semana en Yucatán coincidieron dos presidenciables: Adán Augusto por Morena y Mauricio Villa por el PAN. ¿De qué hablaron?

El sábado coincidieron en Yucatán dos presidenciables de diferentes partidos políticos. Entre ambos dictaron una lista de proyectos para el estado que de concretarse, confirmará el ascenso económico yucateco que tejen los locales desde la década pasada.

Uno de los dos posibles candidatos es el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien extraoficialmente compite por la nominación morenista; el otro, Mauricio Vila, invitado públicamente por el presidente del PAN para tomar la batuta albiazul de una campaña presidencial para 2024.

La reunión la provocó uno de esos personajes que marcan los libros de historia de las regiones, Fernando Ponce García, fundador del embotellador de productos Coca Cola, Grupo Bepensa, que también posee marcas poderosas como Caribe Cooler y la financiera Finbe.

El patriarca de una familia emblemática de la península del sur convocó a la presentación de un proyecto que regresa a la vida la actividad industrial del henequén, cuya riqueza dio forma indirectamente a una de las avenidas más lindas de México: Paseo Montejo.

Don Fernando Ponce presentó Sisal Tejidos Yucatán, una empresa presidida por él y representada por una fábrica instalada a 5 minutos de los huevos motuleños de Evelia, en la terraza del mercado de Motul, a 40 kilómetros de Mérida.

En esa planta, 250 personas, principalmente mujeres, producirán entre otras cosas tapetes útiles para un mercado creciente en Estados Unidos y otras geografías, conformado por quienes agradecen pisar fibras naturales en lugar de las sintéticas hechas con petróleo.

Para cubrir pedidos de largo plazo en el extranjero, el empresario convocó a productores nacionales a surtir a su compañía la materia prima que hoy, irónicamente es mayoritariamente importada. A cambio ofreció la promesa de buen pago, bajo contratos también de largo plazo. La cadena productiva empieza con los agricultores, subrayó, para quienes debe haber negocio, principalmente.

El encuentro tendió un puente generacional. Entre cientos de asistentes, empresarios y funcionarios, estuvieron hijos y nietos de Ponce García, quienes recibieron de él un par de frases memorables: “A partir de hoy les puedo asegurar que las fibras sintéticas de todo el mundo tendrán un fuerte rival comercial”.

Un momento después dijo a sus descendientes: “están pisando su herencia”. La conciencia medioambiental, añadió, provocará que la gente busque productos naturales de calidad.

Le escucharon con atención el enviado presidencial López y el gobernador Vila, quienes le sustituyeron en el micrófono para detonar proyectos de envergadura también generacional.

Uno era obligado. El secretario de Gobernación se comprometió entre otras cosas a impulsar el henequén dentro del programa oficial Sembrando Vida, que hoy en teoría se enfoca en la siembra de maderables y frutales.

Pero el funcionario tabasqueño sembró de salida, una promesa mayor: la conexión ferroviaria del Tren Maya con Progreso, el puerto mercante de la península de Yucatán, cuyo suelo aseguró, será dragado y su infraestructura ampliada para concretar la inversión en un astillero nuevo, que será el más grande de América, de acuerdo con un proyecto negociado entre la empresa italiana Fincantieri y el gobernador, quien encargó la tarea al secretario de Fomento Económico estatal, Ernesto Herrera.

Si la cumple, Salina Cruz, en el Pacífico, quedará conectado por esta vía con Progreso en el Atlántico, y viceversa.

En su turno, Vila recordó el compromiso federal de iniciar, ahora sí, un par de plantas de generación de ciclo combinado en Mérida y en Valladolid, para surtir a toda la península con electricidad producida a partir de la combustión de gas natural.

¿Y de dónde saldrá el insumo para esas terminales en una zona históricamente deficitaria de ese hidrocarburo? Ya entrados en gastos, López y Vila hablaron de la próxima ampliación del gasoducto marino proveniente de Texas, para que mediante una conexión en Veracruz, también bajo el mar, vaya a dar hasta Ceiba Playa, Campeche, y con ello ambos complejos operen en 2024.

Atención, que las promesas no las hicieron en un templete de plaza, sino ante una audiencia conformada por individuos con poder de acción regional. Además, frente a quienes en la práctica representan el futuro de los negocios en un estado que creció a tal ritmo, que hoy recibe a diario el doble de pasajeros aéreos que hace 20 años.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

Opine usted: jruiz@ elfinanciero.com.mx

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