Parteaguas

Se enojó Elon y eso tiene un lado bueno

En teoría, las empresas que cuidan a sus empleados, a la comunidad, al medioambiente y la posteridad de las mismas organizaciones durarán más y entregarán más ganancias.

Frecuento ciudades campeonas en calor como Mérida y Monterrey en donde ustedes pueden conocer la rabia del sol. Pero ayer el clima de la Ciudad de México se subió al ring como el retador del año. Los expertos del clima sabrán explicarlo.

Quienes atribuyan esa sensación de convivencia en el interior de una olla de tamales al cambio climático, pueden tener en los mensajes de Elon Musk de ayer, algo de esperanza.

No es que el hombre más rico de acuerdo con Wall Street haya aportado una nueva solución al planeta, adicionales a las ya creadas. No, su berrinche de este miércoles mostró el valor de tres siglas que fueron unidas en un documento de 2004 publicado por la Organización de Naciones Unidas, llamado “Who Cares Wins, Connecting Financial Markets to a Changing World”.

Esas letras son ESG y refieren en inglés las palabras Ambiente, Sociedad y Gobierno Corporativo de las empresas. Lo que pidió la ONU desde entonces es cuidar de esos tres factores en la operación de cualquier compañía, para salvar a la gente y el ecosistema.

Bancos, fondos de inversión y calificadoras vienen señalando desde hace tiempo qué compañías consideran estos criterios y cuáles no. La lógica de esa separación se basa en que aquellas que cuidan a sus empleados, a la comunidad, al medioambiente y la posteridad de las mismas organizaciones empresariales, durarán más y entregarán más ganancias en el largo plazo.

Por esa razón suelen recibir crecientes sumas de dinero por parte de inversionistas y son mejor tratadas por los bancos.

Ayer a Tesla la sacaron del ‘club’. La empresa que produce automóviles eléctricos creados por Musk, fue retirada de un índice denominado S&P 500 ESG Index.

Así lo define S&P Global, su creadora: “El S&P 500 ESG Index es un índice amplio y ponderado por capitalización de mercado, que busca medir el desempeño de títulos que cumplen con criterios de sustentabilidad, manteniendo ponderaciones de grupos industriales similares a las del S&P 500″.

En pocas palabras, este ‘combo’ de empresas agrupa aquellas con el tamaño suficiente para estar entre las 500 más grandes, pero además a juicio de esta agencia, vigilan y cuidan los criterios ESG.

Expulsaron a Tesla de ese aparador, presuntamente por no cuidar la igualdad de razas en la compañía y por demandas del gobierno de California acerca de sus residuos en sus plantas de manufactura. Entre otras razones.

Como a quien lanzan por la fuerza de una cantina, el señor Elon Musk pulió la pantalla de su smartphone con los dedos en redes sociales: “@SPGlobalRatings ha perdido su integridad”, tuiteó inicialmente refiriendo a la calificadora antes llamada Standard & Poor’s, que es una división de S&P Global.

En un segundo acto, remató así también en Twitter: “Exxon está clasificado entre los mejores 10 en el mundo en Ambiente, Sociedad y Gobernanza (ESG), por S&P 500, mientras que Tesla no entró siquiera en la lista”, un mensaje al que siguieron estos otros:

“Los mensajes políticos en mi contra escalarán dramáticamente en los siguientes meses”. “En el pasado voté por los Demócratas, porque ellos fueron (mayormente) el partido de la amabilidad. Pero se han convertido en el partido de la división y el odio, así que no puedo apoyarlos más y votaré por los Republicanos. Ahora observen el desenvolvimiento de sus campañas sucias en mi contra”, advirtió mientras el valor de Tesla caía durante este miércoles en concordancia con horas de miedo para los mercados internacionales, ante perspectivas de menor crecimiento económico mundial.

Casi 35 dólares bajó el valor de cada acción de Tesla, 4.65 por ciento al final del día, para completar una reducción de 33 por ciento con respecto a lo que valía al arranque del año.

Irónicamente para quien confía en que el Sol y la energía nuclear pueden abastecer a los humanos de energía en el futuro, deteniendo con ello emisiones nocivas, Musk ha desdeñado desde hace tiempo el esfuerzo de científicos y reguladores por fijar estándares de medición y límites, a través de los criterios de ESG.

Ayer mostró que no le son indiferentes del todo y evidenció a otros su relevancia. De lo de Exxon… aquí escribiré pronto.

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