Parteaguas

¿Hay que seguir a Slim a España?

Más allá de inversionistas con equipo que rastrean ofertas inmobiliarias, quién sueña con tener una casa puede sorprenderse con los precios que ofrecen los españoles.

De haber sido construidos en la misma zona, podría confundirse con uno de esos edificios cercanos a la Plaza Carso, cerca de Polanco. Pero Residencial Amura es una torre que está en Valencia, cerca de Barcelona, en España.

Sus departamentos, allá llamados ‘pisos’, cuestan 163 mil euros, unos 3.6 millones de pesos de acuerdo con el tipo de cambio de ayer.

Los promueve una empresa llamada Metrovacesa, presidida por Ignacio Moreno Martínez, misma que construye y promueve vivienda en todo el país ibérico. El equipo de Martínez ahora analiza la oferta que desde ayer hizo el equipo de Carlos Slim por 24 por ciento de su compañía.

La verdad, la corporación había tenido años flojos, quizá porque el foco de sus accionistas principales estuvo durante algún tiempo en otros asuntos.

La mayoría de sus acciones son propiedad de Banco Santander, con 49 por ciento, y de BBVA, que ostenta casi 21 por ciento de esos papeles, de acuerdo con información recopilada por Bloomberg.

Pero Metrovacesa tuvo un brinco en 2021, que por alguna razón no tuvo un alto impacto en el precio de las acciones de la compañía.

Sus ventas crecieron más de 400 por ciento durante el cuarto trimestre de 2021, respecto a los últimos tres meses del pandémico 2020. Con ello, pasó de una pérdida de 163 millones de euros durante ese año, a una ganancia de 18.5 millones durante 2021.

Pero aún después de dar vuelta a la tortilla, en ese lapso el mercado solo revaloró 18 por ciento sus acciones.

Cambios así pueden pasar de largo para los mortales, pero no para el equipo de un magnate que aumentó el tamaño de su fortuna con el uso de un olfato de tiburón.

Consideren a Esther Alcocer Koplowitz, presidenta del consejo de administración de FCC y a Pablo Colio Abril, director general de la compañía dedicada a la construcción y desarrollo de infraestructura. Ambos responden a los intereses de Inversora Carso, empresa propietaria de 74 por ciento de las acciones de esta empresa basada en Barcelona. Esa corporación ofreció 284 millones de euros por casi una cuarta parte de Metrovacesa.

En México todos saben quién es el dueño del nombre y de la marca Carso. Todo bajo esa denominación es controlado por Carlos Slim Helú y su familia.

Si ellos vieron una oportunidad en dar otro paso hacia adelante en España, es momento de entender razones y analizar la probable conveniencia de que ustedes u otros mexicanos hagan algo allá.

Luego de un circo diplomático, las relaciones entre México y esa nación parecen salir de la turbulencia. Ayer, el expriista Quirino Ordaz salió de una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador en la despedida del primero para ejercer como embajador.

“Mucho trabajo en unidad, entre el pueblo español y el pueblo de México” y “fortalecer la promoción de la inversión”, están entre sus misiones ultramarinas en la península ibérica.

Hace unos días, el canciller Marcelo Ebrard había estrechado la mano de José Manuel Albares Bueno, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España.

¿Alguien quiere seguir a Quirino o a los Slim? Más allá de inversionistas con equipos capaces de rastrear grandes ofertas inmobiliarias, quien sueña con tener una casa puede sorprenderse con los precios que ofrecen los españoles.

Hay departamentos usados, pero dignos, ahí en Valencia o en Madrid, cuyos precios comienzan en 80 mil euros, menos de 1.8 millones de pesos, un precio difícil de encontrar ya en la Ciudad de México en un barrio más o menos seguro.

Amén de los precios, las matrices de bancos europeos que operan en México ofrecen créditos hipotecarios a extranjeros cuyas tasas anuales rondan el 2 por ciento para quien puede comprobar ingresos a partir del equivalente a unos 100 mil pesos mensuales.

Conviene seguir la historia de FCC y Metrovacesa, pero también la de los precios de casas en España, que El País resumió así en un reciente encabezado: “Evolución del precio de la vivienda: ¿por qué es el momento de comprar?”

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