Parteaguas

Este gran momento solar

La mezcla creciente de paneles y sistemas de almacenamiento reducen la fuerza de la versión de quienes critican la falta de continuidad de la energía renovable.

La guerra puede tener indeseadas repercusiones. El alza en los precios del petróleo anuncia incrementos en los gastos por la vía de la gasolina, el gas y la electricidad.

Pero el lado positivo de la coyuntura está en la aceleración del cambio en el modo de consumir energía en el mundo, que ya venía con buena inercia.

México ya tiene ocho gigawatts de capacidad de generación de electricidad a partir del Sol, particularmente en el norte, en Sonora, Chihuahua, Coahuila y Aguascalientes. Es energía suficiente para alimentar la Ciudad de México.

Pero ayer el campanazo lo dieron los vecinos: los desarrolladores y operadores de centrales eléctricas estadounidenses esperan agregar 85 gigawatts de nueva capacidad de generación entre 2022 y 2023.

De ese total, 60 por ciento o 51 gigawatts estará compuesto por proyectos de energía solar y almacenamiento de baterías, de acuerdo con datos de la Agencia de Información Energética (EIA) de ese país. En muchos casos, los proyectos combinan ambas tecnologías.

El tercer y cuarto lugar lo ocupan dentro de esos proyectos el gas natural y la energía eólica casi a partes iguales.

¿Qué significan 51 gigawatts? Equivalen a la electricidad equivalente a las necesidades de un país como México. Allá van a instalar ese volumen en dos años.

Lo más relevante quizá no es que del otro lado de la frontera van a colocar kilómetros cuadrados de paneles solares, sino que junto a estos conectarán baterías para guardar energía en cantidades industriales, que será útil por ejemplo, en las noches.

En 2021 los estadounidenses agregaron 3.1 gigawatts de capacidad de almacenamiento de este tipo en Estados Unidos, tres veces más que en 2020.

En los próximos dos años, desarrolladores y operadores de plantas de energía planean agregar 10 gigawatts de capacidad de almacenamiento de baterías en ese país. Más de 60 por ciento de esta capacidad se combinará con instalaciones solares.

La mezcla creciente de paneles y sistemas de almacenamiento reducen la fuerza de la versión de quienes critican la falta de continuidad de la energía renovable.

¿Por qué aumentan con tal fuerza estos proyectos en Estados Unidos?

Hay una lista de razones: la disminución de los costos de las aplicaciones de almacenamiento en baterías, junto con los beneficios económicos de ‘llenarlas’ con flujos de energía de bajo costo, como la eólica y la solar.

La EIA también argumentó como causas los créditos fiscales y la caída de los costos de la tecnología, especialmente de baterías.

Más de la mitad de los 51 gigawatts de capacidad de almacenamiento solar y de pilas planificada para los próximos dos años se ubicará en tres estados. La mayor parte, 23 por ciento, estará en Texas. La siguiente porción, de 21 por ciento, estará en California y 7 por ciento, en Nueva York.

Hay una señal clara de que los vecinos están montados en una transición hacia energías limpias.

Entre 2020 y 2021, se agregó más capacidad solar fotovoltaica a la red eléctrica de Estados Unidos que de gas natural, expuso la EIA.

“Es una tendencia que probablemente continuará durante los próximos dos años a medida que la demanda de energía solar aumente”, agregó la institución.

¿Qué ocurrirá en México? La mayor parte de la capacidad instalada actual procede de proyectos previos a la administración gubernamental actual. En la vigente no abundan los programas de energías limpias.

Pero eso no implica que no estén encaminados algunos proyectos bien interesantes. Prometo detalles de uno en particular que podría sorprender muy pronto a la audiencia.

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