Si viajaron a la Riviera Maya durante las pasadas vacaciones, ustedes pudieron confundir a Felix Oshwald entre cientos de turistas treintañeros en Tulum.
Este hombre es, después de todo, un ser humano que como muchos ve series de Netflix, como la alemana Kitz –un drama que versa sobre la clase alta de esa nacionalidad– que devoró durante su estancia en el Caribe nacional.
Pero él no es cualquier personaje. Acaba de recibir 300 millones de euros para Gostudent, la compañía de educación que fundó en 2016, y buena parte de ese dinero debe detonar su negocio en México. ¿Pero por qué aquí? Primero hay que explicar el dinero.
Como solución a la crisis económica provocada por la pandemia, los gobiernos europeos y la Reserva Federal estadounidense bombardearon de dinero sus economías.
Buena parte de eso fue a dar a las cuentas de grupos inversionistas enormes. Ahora presionados por aumentar el tamaño de ese capital, apuestan a donde pueden cambiar las cosas de manera más dramática y por tanto, obtener dinero.
Uno de los más activos es el japonés Softbank, a través de su Vision Fund 2. Este último está entre los nuevos socios de esta empresa que ofrece clases personalizadas en línea a niños de primaria y secundaria.
Otros que complementaron la más reciente aportación a Gostudent son Tencent, Dragoneer, Left Lane Capital y Coatue.
Pregunté a Oshwald sobre esa sensación de recibir 300 millones de euros. ¿Qué se siente?
“Una gran responsabilidad, por los inversionistas, por los empleados, los maestros. Honestamente es un reto. ¿Cómo lo gastas de la forma correcta? hay que priorizar y eso es una gran responsabilidad”, dijo el joven empresario.
Luego está lo de venir a la región. Gostudent vale ya 3 mil millones de euros (70 mil millones de pesos) y aún no termina de ‘comerse’ el mercado europeo del que procede. Tampoco va por Asia, en donde las economías crecen aceleradamente y podría ganar más. ¿Cuál es la razón de venir a este continente?
Una parte importante está en el asunto de la calidad educativa, me expuso Oshwald.
En los países escandinavos los profesores deben calificarse mucho para obtener un puesto, por lo que su nivel es muy alto, ganan bien y los padres no buscan fuera de las escuelas para preparar a sus hijos. Algo similar ocurre en países como Corea del Sur, en donde el sistema de formación es eficiente.
En Latinoamérica existen excepciones como la región de Creará, en Brasil, expuso el fundador de Gostudent. Ahí los maestros reciben bonos adicionales y capacitación cuando sus alumnos obtienen buenos resultados. Su éxito derivó en una reforma legislativa para consolidar el nuevo Fondo Básico de Desarrollo Educativo (Fundeb, en portugués) y aumentar sus recursos del equivalente a 350 millones de dólares en 2021, a 786 millones en 2026, advierte el Banco Mundial.
Pero en países como México prevalece el interés de los padres por complementar la educación que reciben sus hijos, o en algunos casos, de plano sustituirla vía homeschool.
Gostudent promete auxiliar a niños en el aprendizaje de materias generales, pero también específicas como matemáticas o inglés, y en conocimientos de nueva generación, como programación.
Cobra alrededor de 300 pesos por hora, por lo que a diferencia de Europa -en donde sus clientes son de ingresos relativamente bajos- en México su mercado tiene ingresos medios o medios altos.
Su sistema de inteligencia artificial identifica entre una cartera de 15 mil, al mejor maestro para cada estudiante. En México contratan a quienes pueden pasar tres pruebas: la pedagógica, una de conocimientos y otra de su contexto legal.
Carlos, uno de esos contratados, es ingeniero con maestrías en neurociencia y psicopedagogía que ofrece clases en la plataforma. Desde hace seis meses trabaja cuando él decide, 30 horas a la semana, y gana unos 20 mil pesos al mes. Dice estar feliz.
Oshwald sostiene que al paso que van, deben alcanzar un equilibrio en el negocio en un plazo máximo de un año. Depende de seleccionar a mucha gente como Carlos.