Parteaguas

El regreso de los cascos de Coca

Desde el 1 de enero, los fondos que manejen el dinero de los trabajadores para su retiro deben invertir en empresas que se apeguen a principios ambientales, sociales y de gobierno corporativo.

Quienes nacieron antes de los ochenta seguramente recuerdan el encargo: agarra un par de ‘cascos’ de Coca y lánzate a la tienda.

La frase carece de sentido en el contexto familiar actual, cuando el siglo pasado fue parte del soundtrack diario en las casas. En algún momento la leyenda ‘no retornable’ invadió las etiquetas de los refrescos y el PET forró el planeta.

Pero en este 2022, nuevas opciones de envases reusables vendrán con más fuerza en México… y en el mundo. Una suerte de reivindicación de aquellos viejos envases de vidrio que sirve de muestra de todo lo que cambia aceleradamente, un golpe que va a dar hasta las Afore.

Desde el 1 de enero, estos fondos que invierten el dinero que ahorran los trabajadores para su retiro deben invertir en empresas que se apeguen a los principios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG o ESG, en inglés). En pocas palabras, reducir el daño que sus actividades hacen a la gente y al ecosistema y a las empresas mismas.

La obligación es por Ley y los detalles se publicaron en el Diario Oficial desde el 18 de septiembre de 2019. https://bit.ly/3EYhhBc

Ustedes –todos quienes tienen una cuenta de Afore– pueden exigir que el dinero vaya a las compañías más eficientes. Conviene seguir de cerca al gremio de Bernardo González Rosas, la Amafore, cuyos miembros no se caracterizan por ser muy proactivos cuando se trata de flexibilizar sus estrategias de inversión.

Pero la ola no es mexicana, ni nueva. Al final del año, el exalcalde de Nueva York, Mike Bloomberg, reveló un informe que detalla cómo van los grupos financieros en materia ambiental, una de las tres ‘patas’ de las exigencias bajo criterios ESG. Lo hizo en su calidad de presidente del TCFD (Task Force on Climate Related Financial Disclosures).

Es el grupo de trabajo más relevante sobre divulgaciones financieras relacionadas con el clima, creado en 2015 a petición de los bancos centrales que imprimen las principales monedas del mundo.

El reporte en cuestión advierte el crecimiento de instituciones que consideran ya en México criterios de ESG dentro de su administración, en parte por programas creados por la Asociación de Bancos de México y el Banco de México en 2019 y 2020, respectivamente.

¿Por qué lo hacen? Digamos que una preocupación está en el medioambiente, pero quizá la más grande está en la pérdida de valor que están teniendo activos que tienen bajo su resguardo. Un montón de propiedades cuyo valor se calculó antes del cambio climático y ahora se queman con vientos desastrosos en Colorado, lluvias en Hidalgo o heladas inesperadas en Texas.

Al final, son los bancos nacionales e internacionales (amén de las Afore) que operan en México, los que financian los proyectos de las empresas más grandes, sean éstas constructoras de casas, refresqueras o empresas que venden gas a productoras de electricidad. Si el clima le pega al negocio, éste golpea directa o indirectamente la cartera vencida y eso al final… al ahorro de casi todos.

Por eso los cascos regresan. No solo en México, en donde dominan las embotelladoras regiomontanas de ‘cocas’, Coca-Cola FEMSA y Arca Contal, que hasta ahora envasan casi todo en derivados de petróleo y gas natural.

Eso ocurre incluso en países en donde los consumidores pueden pagar más por las bebidas; la ‘economía circular’ tiene una suerte de nueva vida, acompañada de proyectos como la inclusión de vehículos eléctricos en flotillas.

Tomen Coca-Cola HBC como ejemplo, que opera en el noroeste de Europa. Esa empresa destinó 250 millones de euros (unos 6 mil millones de pesos) que serán aplicados en tres años para cambiar de envases, camiones, energía renovable y nuevos refrigeradores.

¿Saben qué usan ahora estos últimos para enfriar? Gas LP. Luego hablamos de eso.

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