Parteaguas

Ojo al salto que dio Saltillo

Saltillo consiguió meterse al top cinco de ciudades más seguras de México, ahí en donde están San Pedro Garza García y Mérida.

¿De qué color es un sarape? De ese color es Saltillo, ahora. En un tiempo cambiaba con el color del trienio. A veces azul, a veces verde o rojo. Así pintaban las bancas, los parques y las paredes para exhibir los colores del partido político ganador en las elecciones recientes.

Ahora, sus colonias son más bien multicolores. Parecería irrelevante tal asunto, si no fuera parte de una estrategia para defenderse de la inseguridad.

Es priista, pero el presidente municipal saliente, Manolo Jiménez Salinas, insiste en que Saltillo es del color del sarape, en ánimo de fortalecer los vínculos entre toda su población.

La cohesión provoca vínculos para que todos sepan lo que pasa. Eso ayuda a transparentar cuentas públicas y a veces salva bienes o vidas…

Apenas roban el carro de un vecino y de inmediato la comunidad denuncia la falta en una enorme red de WhatsApp conectada con el gobierno local, que promete una patrulla en cinco minutos.

Esos eslabones digitales de vinculación fueron unidos por el gobierno municipal en una cadena eficiente llamada Comité Ciudadano de Seguridad.

Otro caso. Un barrio popular destacaba por el desorden que dejaba la bajada de torrentes de agua después de cada lluvia.

Ahí, los saltillenses construyeron un largo parque llamado Línea Verde en el que los más jóvenes juegan entre árboles o rampas para bicicletas. La sociedad, las familias, ganaron espacios a los delincuentes.

Algo similar ocurrió en la cima de un cerro central en el que fue construido un mirador. Desde ahí se domina esta ciudad rodeada por montañas de la Sierra Madre Oriental.

El gobierno municipal invirtió 800 millones de pesos en obras municipales, de acuerdo con lo descrito ayer durante el cuarto y último informe del alcalde Jiménez Salinas.

Con todo lo anterior, Saltillo consiguió meterse al top cinco de ciudades más seguras de México, ahí en donde están San Pedro Garza García y Mérida.

Pongan atención a ese político. La dupla que armó con el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, redondeó el proyecto y ahora ambos trabajan con un aire de cordialidad atípico hoy en México, justo en la tierra en la que durante algún tiempo solo se hablaba de los Moreira, quienes han quedado desdibujados.

El ambiente propicia el anuncio de inversiones como esas que en un tiempo fueron comunes.

En abril, General Motors divulgó una inversión de más de mil millones de dólares en su complejo de manufactura de Ramos Arizpe, para realizar ampliaciones y con ello hacer autos eléctricos a partir de 2023.

La inversión tiene el objetivo de convertir esta instalación en el quinto sitio de manufactura de vehículos eléctricos de la empresa, uniéndose a Spring Hill, Tennessee; Factory Zero, en Detroit-HamTramck, Michigan; Orion, también en Michigan y CAMI en Ontario, Canadá.

Los locales dicen que cada mes llegan nuevas apuestas de decenas de millones de dólares y la expectativa es que en breve sea anunciada una nueva planta automotriz.

Algunos avezados pronostican el arribo de Stellantis, que unió marcas como Chrysler y Jeep, con Maserati y Alfa Romeo.

Quienes aspiren a ofertas políticas adicionales en México, deben poner atención al dueto de los priistas Riquelme y Jiménez.

Este último, surgido de una familia de empresarios, supo acercarse a las comunidades de menores ingresos de Saltillo cuando, decantado por la actividad política luego de graduarse por el Tec de Monterrey, insistió al PRI que le diera la opción de trabajar en campañas en barrios populares, en lugar de obtener un puesto gubernamental en el estado.

Eso lo acercó con grupos principalmente femeninos que hasta hoy le siguen con porras a sus eventos públicos.

Ahora, descargado de la alcaldía, tomará la Secretaría de Desarrollo Social de Coahuila, desde donde podría armar una campaña rumbo a 2023, cuando acabará el sexenio gubernamental estatal.

Manolo Jiménez apuesta a una narrativa que convoque a emprendedores y trabajadores que busquen una mejora económica obtenida por su esfuerzo y no limitada a la recepción de becas. Hasta hoy, en su estado eso le confiere una clara ventaja frente a Morena.

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