Parteaguas

Harari advierte: están siendo colonizados

¿La batalla por los datos está perdida y solo presenciamos el resultado de la misma? Puede haber beneficios para quien los genera y para quien los compra.

México está siendo ‘colonizado’. No solo México, el resto de los países de Latinoamérica. Estados Unidos, China y alguna potencia más, entraron en un proceso de colonización de naciones que simplemente no entienden el valor de los datos, su gente los entrega gratuitamente sin control.

Esa podría ser una parte de la conclusión de una conferencia que brindó ayer Yuval Noah Harari, quizás el escritor de historia más reconocido de esta generación.

A su juicio, la única defensa es la unión de naciones. Los brasileños o los mexicanos no saben cómo balancear la mesa ante la oferta de empresas como Alibaba o Amazon.

¿Son ustedes parte de quienes ceden ante esa ‘colonización’ que denuncia el escritor de Sapiens?

En el pasado, las naciones más poderosas ejercieron influencia a través de sus empresas para controlar recursos: cobre, petróleo, oro, carbón.

Todos ellos pierden rápidamente valor relativo ante el final del juego marcado por el desastre de ecosistemas. Hoy la empresa más valiosa en Estados Unidos ya no es Exxon, sino Google, Apple o Amazon, en función del día.

Esas tres tienen almacenes de datos en los que cobran renta a sus inquilinos. Los datos de su empresa o las fotos de su fiesta de cumpleaños terminan en estas compañías en donde los ingresos solo por guardarlos, crecen cada año alrededor de 30 por ciento.

Harari advierte además sobre la utilización de los mismos. Al final, China usará los datos que extraiga de Bolivia para generar riqueza en la nación asiática, advirtió Harari.

“Las nuevas materias primas son los datos”, asentó.

¿La batalla está perdida y solo presenciamos el resultado de la misma? El escritor propone colaboración. Las naciones tienen herramientas para generar beneficios para ambas partes.

Al final, Amazon vende todo lo que vende porque resuelve necesidades.

Tomen como ejemplo el caso de Didi, venida de Pekín. Es la competencia directa de Uber.

Didi tiene el nombre, CURP, foto e identificación de quien se sube al coche. En algunos casos, obtiene también la tarjeta de crédito para pagar los traslados.

En un país tan atrasado financieramente como México, muchos pagan en efectivo o de plano se van sin pagar.

¿Qué hizo Didi con esa información obtenida por la vía de 60 mil conductores en activo en el país? Ofrece crédito a sus usuarios. ¿Unos 300 pesos para la cena? Si pagas siempre y eres cliente frecuente, listo, pueden estar depositados en tu cuenta en tu traslado al restaurante. Si cubres el adeudo al mes siguiente, habrás de desembolsar unos 15 pesos de interés. Ambos ganan, uno sale del problema de la noche y el otro cobra por el servicio.

Mala suerte para quien suele elegir pago en efectivo por sus viajes y un par de veces falló con el pago, no cenará si le urge un préstamo.

Esa es al fin y al cabo una relación entre particulares, pero conviene ver lo que hizo el gobierno de Guadalajara a cambio del uso masivo de los datos de sus habitantes.

Obtuvo de la empresa a cambio un registro puntual de horas pico de tráfico y ubicación de congestionamientos.

Esa información fue integrada a la base de datos de sus semáforos inteligentes y con ello los coordinó mejor a fin de dar más tiempo de vida familiar o laboral a sus habitantes.

El mundo necesita políticos que entiendan la relación con la nueva dinámica del mundo no para confrontarla, sino para colaborar con una corriente tecnológica que ya es imparable, amén de encarar, ahí sí, el reto mundial del calentamiento global.

La inteligencia artificial avanza a un ritmo que absorbe puestos de trabajo humanos que inevitablemente amenazará el que ustedes tienen actualmente, a decir de lo expuesto por Harari a convocatoria de la financiera SURA, para clientes latinoamericanos.

La solución es reinventarse cada 10 años a partir de esta década y a esa circunstancia están expuestos también quienes gobiernan cada nación en su legítimo interés de proteger a su pueblo. Añadió que eso requiere escapar de la ‘tribalización’ a la que líderes carismáticos exponen a su gente al dividirla en lugar de buscar la unión de un verdadero nacionalismo.

Esos países están más expuestos a una colonización como la de siglos pasados.

Director General de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

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