Parteaguas

Presidente, más bien todas las tarifas de luz están caras

Son unos 20 millones de familias las conectadas, de los cuales la mayoría paga ‘la luz’ a un precio que va de 76 hasta 89 centavos por unidad de consumo, que es un kilowatt hora.

Es loable defender a quienes menos dinero tiene. El presidente Andrés Manuel López Obrador custodia esa meta y traza caminos mediante el precio de la gasolina y ahora el de la electricidad.

Dejemos de lado el combustible por ahora. ¿Qué es lo que quiere en materia de tarifas de luz?

“Necesitamos una reforma para que no paguen más por la luz los usuarios domésticos, los pobres, los integrantes de clase media, que las grandes corporaciones, porque así está ahora, las tarifas más bajas las pagan los de arriba”, eso dijo ayer el mandatario.

Para cumplir con el propósito hay que trabajar con información precisa.

La tarifa doméstica que hoy paga la mayoría de las casas es la tarifa 1. Son unos 20 millones de familias las conectadas, de los cuales la mayoría paga ‘la luz’ a un precio que va de 76 hasta 89 centavos por unidad de consumo, que es un kilowatt hora.

El problema empieza en algunos lugares cuando el consumo excede de 150 kilowatts hora mensuales o 300, cuando se trata de un bimestre. Si ustedes pagan menos de 250 pesos bimestrales, están cubiertos casi por completo por tarifas subsidiadas.

Hay un asunto relevante, el mundo es cada vez más eléctrico por dos razones fundamentales:

Una es el acceso a una mejor calidad de vida y a dispositivos electrónicos ahora indispensables para conectarse al trabajo o a las clases, por ejemplo. No hablemos aún de la próxima electrificación del transporte. Y dos, por el calentamiento de las ciudades –algo de lo que he escrito aquí antes– que incentiva a muchos a comprar y usar sistemas de aire acondicionado.

Esas dos razones provocan un mayor consumo de energía eléctrica que ocasiona irremediablemente brincar a tarifas domésticas que triplican el monto de las que señalé. Eso genera más gasto de electricidad de los usuarios, pero también más ventas de electricidad para la CFE.

Esta compañía cobró 156 mil millones de pesos en el primer trimestre de 2021, 25 por ciento más que en el mismo lapso de 2020, cuando aún no comenzaba el confinamiento, de acuerdo con datos recopilados por Bloomberg.

Algo tuvo que ver el aumento de precios de la electricidad que acumulan un alza anual de 4.5 por ciento, el dato más alto desde 2017, cuando se elevaron 5.17 por ciento en un periodo comparable.

También es cierto que estos usuarios domésticos pagan más por cada kilowatt hora, pero en casos muy específicos. La tarifa en alta tensión en tarifa base en la Ciudad de México está debajo de 60 centavos, pero en tarifa intermedia y punta rebasa el costo de un peso por kilowatt hora, de acuerdo con la CFE. Eso no considera otros cargos adicionales que pagan las empresas.

Lo que es falso, por ejemplo, es que los comercios paguen menos que las familias en sus hogares. México es tradicionalmente caro en estos esquemas de cobro para las empresas.

Esa fue la razón de buscar proveedores ajenos a la CFE.

También hay que precisar otra información. El presidente dijo ayer lo siguiente: “aunque tenga capacidad de generación la Comisión Federal de Electricidad, no se le permite subir energía eléctrica a la red, no se le permite el despacho, así le llaman, tienen que subir primero las particulares”.

Otro modo de decirlo es así: primero se sube la electricidad más eficiente, que muchas veces viene de la generación del viento o del sol, que el mismo Manuel Bartlett promovió antes de ser director general de la CFE. La razón es la tecnología, que avanzó tanto que abarató todos los aparatos necesarios para producir energía de ese modo.

Si el presidente persigue una reforma en materia eléctrica, es importante reconocer la realidad: sí hay muchos usuarios domésticos perjudicados por facturas eléctricas crecientes. Conviene revisar tarifas. Pero las altas tarifas eléctricas nacionales no se limitan al consumo doméstico. Es un mal que puede corregirse en la medida en que alguien se preocupe en verdad por tener un parque eficiente de generación y buenas líneas de transmisión, antes de dar pie a los mensajes ideológicos que tanto dividen.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

Consulta más columnas en nuestra versión impresa, la cual puedes desplegar dando clic aquí


COLUMNAS ANTERIORES

La energía de Claudia
¿La Comer se ‘come’ a Soriana?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.