Independientemente de lo que pase con la elección del domingo y lo que sus resultados deparen para la economía nacional, existen tendencias imparables que ofrecen oportunidades pospandémicas para quienes se involucren en hacer de éstas un negocio. Atención, que esto es para mentes abiertas al cambio.
Una de ellas es la seguridad de las computadoras relacionadas con las empresas, que hoy tienen puertas prácticamente en todos los smartphones de sus empleados.
Basta con escribir “ciberseguridad” en LinkedIn para toparse con cientos de puestos disponibles en México con nombres como este: “Ethical Hacker-Penetration Tester” que a cambio de un “excelente salario” pide certificaciones en CEH, CHFI, OSCP y GPEN, que son prácticas de defensa digital.
Desde ayer, al menos una quinta parte de la producción de carne en Estados Unidos quedó paralizada luego de un ataque cibernético a la empresa JBS, dueña de Pilgrim’s y de Certified Angus Beef.
Los atacantes habrían entrado a través de dispositivos ubicados en Brasil, nación que junto con Australia fue afectada por la falla en los sistemas de operación de la compañía, a raíz de la solicitud ilegal del pago de un rescate. JBS tiene operaciones en México.
Esta circunstancia es similar a la que hace apenas unas semanas desestabilizó el mercado de combustibles de Estados Unidos luego de otro ataque a Colonial Pipeline; o al caso más cercano aún, enfrentado por la Lotería Nacional en México este lunes.
Otra tiene que ver con el dominio del sistema de “blockchain” que se hizo popular a partir de la fama adquirida por bitcoin, pero que tiene aplicaciones para la comprobación inviolable de la propiedad de cualquier bien, trátese de una casa o de un coche, lo que en la práctica puede ser más seguro que la certificación que proporciona un notario.
Empieza a divulgarse su uso para la certificación de arte por la vía de Non Fungible Tokens o (NFTs), como Ethereum. Christie’s recientemente vendió 3.3 millones de dólares en obras vinculadas con NFTs que fueron creadas en conjunto con la Fundación de Andy Warhol.
Otra tiene que ver con un asunto que estaba bajo el radar hasta este miércoles, cuando será abordado por los principales bancos impresores de dinero en el mundo.
Este miércoles arranca la Conferencia Virtual sobre el Cisne Verde, a la que convocan instituciones como el Banco de Pagos Internacionales y el FMI. La misión es poner números al problema del cambio climático y contenerlo para detener un impacto para la actividad financiera.
Piensen en los hoteles de Cancún o de otros lugares del Caribe que enfrentan nuevamente el arribo de algas provenientes del sur y seguramente, la llegada de las tormentas de 2021, que amenazan con ser severas, de acuerdo con especialistas.
Si los seguros no quieren entrarle… ¿De qué manera es posible proteger las inversiones en esos lugares y los préstamos bancarios que las respaldaron?
Previo al encuentro, los involucrados expusieron la urgente necesidad de encontrar innovación disruptiva para cubrir los riesgos causados por el impacto del clima, entre otros productos financieros que aún no existen.
Luego están los coches eléctricos y los híbridos, que al igual que los convencionales requieren servicios que hoy no existen, empezando por talleres mecánicos independientes.
Ayer, Ford difundió que no solo lanzará al mercado su camioneta F150 Lightning, sino que además, se asoció con SK Innovation para fabricar baterías bajo el nombre de BlueOvalSK para abastecer el mercado automotor.
Finalmente está el asunto de la energía renovable. El abaratamiento de los dispositivos para capturar la energía solar y los beneficios en ahorros que ofrece en ciertas tarifas de CFE en México o de beneficios fiscales en Texas, dispararon la demanda de productos fabricados incluso en México, como Solarever, instalada en Hidalgo.
Estas cinco tendencias son particularmente importantes para un grupo nacional.
De acuerdo con el Inegi existen más de 8 millones de personas entre 15 y 19 años o en edad de elegir oficio en México; durante los próximos cinco años se sumará otro tanto, para totalizar unos 17 millones de mujeres y hombres, número que al parecer no regresará. Luce como el final de eso que los adultos llaman ‘bono demográfico’.
El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.