Parteaguas

Ahora, trabajar se parece a organizar una boda

Ese tipo de empleos adaptados a la realidad son más visibles en las empresas vinculadas con su celular, pero hay muchas otras revoluciones paralelas.

Hacer una boda solía ser retador, pero ese trabajo ni se sentía. Cuando las masivas eran permitidas, todos estaban al pendiente del objetivo: bailar, comer y beber. Nadie se fijaba en lo que hay que improvisar, las idas, las traídas y la administración y creatividad necesarias para conseguir todo eso. Y nadie necesita un título profesional para armar guateques.

Los nuevos trabajos pueden parecerse a eso. Luce como la tónica en los puestos mejor pagados del país y una descripción útil la encontré en un escrito del vicepresidente de ingeniería de una empresa que ofrece educación en línea.

“¿Por qué NO trabajar en Platzi?” Así tituló Anibal Rojas un artículo publicado en su blog justamente para convocar a la gente para ir a trabajar con él.

Él explicó: “Una startup es un experimento ‘fractal’, por describirlo de una manera: Cada vez que te enfocas en un aspecto de la compañía encuentras un montón de experimentos andando. Esta cultura experimental implica un proceso de aprendizaje continuo, y demanda que todo el team platzi esté alineado porque de otra forma sencillamente no funciona. La realidad es que la gente normalmente no trabaja así, prácticamente todos los que trabajamos aquí venimos de entornos más ‘convencionales’, y para cada persona que se integra al equipo es un reto asumir esta forma de trabajar”, expuso Rojas. https://bit.ly/2SGmJGt

Tampoco en las fiestas hay manuales y cada quien hace e improvisa lo mejor que puede con lo que tiene.

Platzi es una plataforma de aprendizaje de habilidades útiles hoy, como el desarrollo de software que ahora representa la única vía permanente para que cualquier compañía evite su muerte. Hay que innovar todo el tiempo y para siempre y por eso los desarrolladores de software hoy tienen trabajo en todos lados.

Piensen en lo que debió hacer Liverpool cuando cerraron sus tiendas por el confinamiento obligatorio, y Amazon y Mercado Libre se le metieron por los carriles izquierdo y derecho, convenciendo a muchos. ¿Cómo hará para regresar a los clientes que perdió y ya se acostumbraron a comprar en línea? Aquí escribí al respecto. https://bit.ly/3eAkjSn

Sucede que cada vez hay más gente que entiende la conectividad que ofrecen las computadoras y ya quedan muy pocos adultos sin un smartphone en la bolsa. Es mucho más fácil encontrarse a un amigo en Instagram o en Linked In, que en un centro comercial.

La gente computarizada revolucionó casi todo y ahora intercambia información aceleradamente, por lo que el conocimiento acumulado evoluciona a la velocidad de un meme en Whatsapp. Eso provoca disrupción en todo. En absolutamente todo lo que es importante.

Si nacieron el siglo pasado piensen en cuál fue su primer trabajo como practicante.

Ahora observen el tipo de trainee que busca Huawei en México. La mayor empresa china de telecomunicaciones necesita a un practicante que sepa hacer búsquedas en internet. Ella o él ayudarán a decidir qué aparecerá en la pantalla de los smartphone de sus clientes.

Para esto deben entender quién es el público de Huawei, encontrar información relevante vía Google, por ejemplo, subir el vínculo a sus sistemas internos y posteriormente decidir hacer una push notification... una alerta.

Ese tipo de empleos adaptados a la realidad son más visibles en las empresas vinculadas con su celular, pero hay muchas otras revoluciones paralelas: las de la genómica en la salud; la energía renovable y el aprovechamiento de hidrógeno; la autonomía de coches eléctricos; el transporte de carga a gas natural; el streaming del entretenimiento en la pantalla de su sala; los nuevos dispositivos para realidad aumentada; la planeación de la logística para que les aparezca el de Rappi en la puerta con lo que pidieron; la limpieza de agua contaminada y el aprovechamiento de sus recursos escasos. Todo eso tiene metas claras, está lleno de retos y requiere improvisación. No hay camino previamente andado. Como en las fiestas.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

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