Columnita Pibil

¡Qué ansia de perder la ansiedad!

Cada vez son más los mexicanos que preguntan por la descripción de los síntomas de la ansiedad.

Visto de otro modo, quienes participan en The Kardashians están diciendo todo el tiempo lo pobre que es uno con relación a la fortuna que ellos exhiben.

No es nueva ni exclusiva esa alusión. Los personajes representados por el mexicanísimo Mauricio Garcés mostraban desde el siglo pasado en sus películas, una calidad de vida de acceso limitado a aquellos sin problemas de saldo en el banco.

Pero hay una diferencia importante. Los miembros de la familia Kardashian taladran permanentemente las pantallas de un dispositivo que casi toda la gente carga en la mano. A Garcés solo lo veía quien iba al cine o se topaba con una vieja comedia que pasaban por televisión. Además, era Mauricio Garcés, caramba.

Yuval Noah Harari, en esa recopilación de historia que es su libro Sapiens, exhibe cómo el nuevo ser humano privilegia el dinero por encima de cualquier religión.

Para personas de esta era, carecer de capital puede ser equivalente a lo que aquellos de otra época sentían al no haberse confesado. Perder el cielo o carecer de un boleto a la Riviera Maya puede ser para algunos un asunto comparable. La ansiedad puede llevar a la angustia.

Sumen una situación pandémica que nuevamente obliga al encierro y tendrán entonces un coctel perfecto para un cambio social cuyo diagnóstico debe ser determinado por especialistas.

Ya ni hablemos de la contribución al caos por parte de políticos que controlan hoy la desconcertante dinámica nacional.

A mi alrededor hay gente incómoda con su situación, deprimida, tal vez. Google dice que sí, que cada vez más mexicanos preguntan por la descripción de los síntomas de la ansiedad.

En 10 años se cuadruplicaron las búsquedas de connacionales en torno al tema.

¿Quiénes preguntan más? Nayaritas, Chihuahuenses y Duranguenses, de acuerdo con el citado motor de búsqueda en Internet. ¿Quiénes preguntan menos? Sorpresivamente, los habitantes de la Ciudad de México. Sobre depresión, son los Zacatecanos los que buscan más respuestas.

Ésta es la herramienta y ustedes pueden revisar lo que quieran por su cuenta: https://trends.google.com/trends/

El asunto es que la sensación nacional de ansiedad parece crecer, a decir de estos datos. México está subido en una indeseable ola internacional.

Esta circunstancia motivó el nacimiento de emprendedores que pretenden ayudar. Más allá de que la psicología puede ofrecer ahora cierta prosperidad a individuos que la dominan y pueden ofrecer terapia personal, quien tiene el talento para crear herramientas que brinden una atención masiva, tiene también la atención de inversionistas con capital listo para apuntalar sus proyectos.

Moshi es una aplicación que busca llevar técnicas de meditación a los niños. Hace tres meses anunció que recibió financiamiento por 12 millones de dólares en una aportación encabezada por Accel Partners, un fondo que ha invertido en compañías como Hootsuite.

También publiqué recientemente sobre Andrea Campos, una mexicana que batalló con la depresión desde que era una niña. Pero aprendió a programar software e hizo una aplicación que ayuda a quienes se sienten como ella.

El sistema actual controlado desde sus oficinas en Cancún atiende de manera automática por medio de inteligencia artificial a personas de todos los países hispanoparlantes, brindándoles opciones de actividades que les permitan avanzar día con día en el camino de ‘ser la persona que quieren ser’. La aplicación se llama Yana, del acrónimo You Are Not Alone. De acuerdo con la publicación Techcrunch, esta organización mexicana tiene unos 5 millones de usuarios. Campos y su equipo ya obtuvieron 1.5 millones de dólares de un fondo encabezado por ALLVP, Antoni & Lelo de Larrea Venture Partners.

Habrá a quien le baste con una orden de tacos al pastor para salir de un mal momento, pero para muchos la ansiedad puede derivar en un mal profundo, semilla para una depresión colectiva.

El ejemplo de Andrea Campos luce ideal, no solo porque creó una compañía que pretende atacar el asunto, sino porque al parecer fue su decisión de invertir en su propia educación lo que la sacó de esa trampa.

Amén de lo que los expertos digan, no hará daño el buscarse un curso en línea que permita volverse más hábil. Más habilidad es una vía para obtener más ingresos y quién sabe, quizás para salir de la insolvencia.

Ahí está Coursera o Crehana, este último apoyado por el fondo mexicano Dila Capital, de Alejandro Diez Barroso.

Son herramientas que pueden servir a encontrar la puerta a quien se siente encerrado y están a la misma distancia que la cuenta de Instagram de las Kardashian. ¡Arroz!

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