Entorno Económico

Incertidumbre de pronóstico

La dispersión de inflación general y subyacente ha disminuido en casi 35 por ciento respecto de los pronósticos de hace un año.

En el ejercicio de construcción de escenarios económicos siempre existe un cierto grado de incertidumbre. En términos estrictos, dicha incertidumbre no sólo se asocia con la implícita en los parámetros de los modelos estadísticos de series de tiempo económicas y sus pronósticos, sino con el grado de dispersión de los riesgos percibidos por cada agente económico que diseña dichos escenarios. En esta percepción, la coyuntura reciente y su potencial influencia a futuro son también consideradas. En este contexto, resulta interesante evaluar qué tanta incertidumbre se percibe a futuro, representada por las diferencias o contrastes en los escenarios de cada analista que participa en una encuesta. En este caso tomamos como referencia la encuesta Citibanamex de Expectativas más reciente y su versión de hace un año.

En primer término, y en lo que respecta al pronóstico de crecimiento económico, se estiman avances de 1.4 por ciento y 1.8 por ciento para el año en curso y el siguiente, respectivamente. En esta categoría, la incertidumbre o desviación estándar de tales pronósticos es muy similar a la de hace un año (0.4 y 0.5 puntos porcentuales, en el mismo orden). Lo anterior es notable, pues indica que los escenarios alternativos no se encuentran en general más separados de lo que lo hacían hace un año. Lo anterior a pesar del discutido y volátil tema respecto al tipo de aterrizaje que deberíamos observar en la economía estadounidense en los siguientes meses.

En contraste, los escenarios de inflación de corto y mediano plazos, hoy muestran una menor dispersión. De hecho, y en general, los escenarios son hoy más cercanos uno del otro. En particular, para el año en curso, la dispersión de inflación general y subyacente ha disminuido en casi 35 por ciento respecto de los pronósticos de hace un año. En el caso del estimado para el año entrante, la dispersión ha aumentado casi en 20 por ciento. Es decir, pareciera que el futuro de la inflación, fuera del año en curso, es hoy más incierto.

En el mismo sentido, y seguramente con implicaciones más sustantivas, el pronóstico de inflación de largo plazo del consenso (3.7 por ciento) es hoy casi un 80 por ciento más incierto o con mayor dispersión que hace exactamente doce meses.

En este contexto con mayor significancia para el escenario de política monetaria, y tras un histórico esfuerzo de restricción monetaria, la dispersión sobre los estimados de cierre de la tasa de interés de política monetaria para el año en curso y el siguiente se han elevado sustancialmente en 25 por ciento y 85 por ciento, respectivamente. Tal pareciera que el espacio y temporalidad para un eventual ciclo de recortes por parte de Banxico es excepcionalmente incierto.

De lo anterior identificamos la elevada percepción de incertidumbre con respecto de la convergencia de la inflación a su objetivo (3.0 por ciento) en el largo plazo, al ubicar un estimado de consenso (3.7 por ciento) en un nivel superior a tal referencia y con un amplio halo de incertidumbre a su alrededor.

En un entorno así, y en los albores del término del esfuerzo restrictivo, parece haber un escenario para todos los gustos. Por ejemplo, actualmente coexisten estimados para la tasa de fondeo tan distantes uno del otro como para estar separados por 200 y 400 puntos base (2 y 4 puntos porcentuales) en los respectivos al cierre del 2023 y 2024, en el mismo orden.

Así, salvo para el caso de las consideraciones de crecimiento económico y la inflación de corto plazo, los tiempos que corren no parecen más ciertos que lo que eran hace doce meses.

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