Entorno Económico

Cisnes blancos

Buena parte de los principales choques económicos y financieros de los últimos quince años han provenido de eventos impredecibles con consecuencias extremas.

Esperar lo inesperado suena como una buena estrategia, congruente con un perfil adverso al riesgo. Después de todo, da la impresión de que buena parte de los principales choques económicos y financieros de los últimos quince años han provenido de eventos impredecibles con consecuencias extremas. El problema es precisamente ese, que son por definición eventos impredecibles, muy a pesar de los aquellos que suelen intentar reivindicar sus presuntos pronósticos certeros de tales eventos disruptivos (’cisnes negros’) -todo esto a posteriori.

No obstante, no todo está perdido, el esperar lo inesperado nos obliga a un ejercicio continuo de reconocimiento de dependencias, debilidades, espacios de maniobra de política económica, mecanismos de transmisión y tiempos políticos, por citar algunos factores potencialmente visibles. Igualmente, hay una multitud de ‘cisnes blancos’ que usualmente subestimamos. Es decir, esos eventos visibles de lento o gradual desenvolvimiento que terminan por catalizar un choque con potencial disruptivo (por ejemplo, la invasión de Rusia a Ucrania). A continuación, abro la discusión planteando al menos tres de esos ‘cisnes blancos’.

Primero, y a propósito de la visita de la congresista Nancy Pelosi a Taiwán, calendarizada para el día de hoy, es importante reconocer la creciente tensión geopolítica entre EU y China. Si bien la relación mostró un marcado deterioro a partir de la ‘guerra comercial’ de hace apenas un par de años, tal relación no ha mejorado. Más aún, la situación entre ambas naciones se ha deteriorado marcadamente no solo por el mantenimiento de la tensión comercial (donde la administración demócrata en EU no ha desmantelado las tarifas impuestas por el gobierno anterior) sino por la amenaza explícita de un conflicto directo teniendo como centro la soberanía de Taiwán. El balance luce mucho más delicado de lo que parecería y con consecuencias por demás disruptivas a nivel global.

Segundo, los bancos centrales alrededor del mundo se encuentran endureciendo las condiciones monetarias locales con la esperanza de ver un punto de quiebre (marcado y sostenido descenso) en la inflación antes de que se agote el espacio de política monetaria. La situación puede complicarse muy fácilmente. Basta con que la actividad económica comience a exhibir señales de aguda debilidad generalizada (sin que la inflación muestre un patrón de convergencia hacia el objetivo) para que las autoridades monetarias se planteen la moderación, suspensión o reversión de la política de alza en tasas. Lo anterior no solo traería consigo una erosión adicional en la credibilidad de la política monetaria y su compromiso con sus objetivos de inflación, sino que también podría traer de regreso los riesgos de estanflación y sus consecuentes ajustes financieros.

Tercero. La respuesta de política ante la pandemia obligó a un esfuerzo fiscal sin precedentes. Tal respuesta tuvo obviamente asociado un deterioro en el perfil fiscal de la mayoría de las economías tanto desarrolladas como emergentes. Consecuentemente, las nuevas razones de déficit y deuda han traído consigo ajustes importantes en la percepción de riesgo crediticio y eventos de ajuste en la calificación soberana por parte de las principales calificadoras. Hoy nos encontramos en la antesala de un excepcional reto global: la necesidad de implementar un plan de ajuste o consolidación fiscal, gradual y creíble, que evite mayor deterioro en la probabilidad de pago de obligaciones de deuda.

Algo es muy cierto. No es lo mismo enfrentar el tipo de riesgos arriba descritos en una coyuntura con amplios márgenes de maniobra de política económica y mejores tiempos en materia de ciclo de negocios e inflación, que hacerlo en el actual contexto donde los dilemas de política están contra las cuerdas en más de una latitud. Esperemos lo inesperado, pero también no perdamos de vista lo esperable o visible.

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