Entorno Económico

Crecimiento 2021, tres números clave

Mientras los contagios avanzan más rápido, las restricciones y políticas de atenuación son más discretas. Lo anterior limitaría los costos económicos.

En este espacio he comentado sobre los cambios en criterios de respuesta de política ante nuevas olas de la pandemia. En resumen, y dados los costos económicos experimentados el año pasado, en conjunto con los más estrechos espacios para nuevos esfuerzos contracíclicos, será difícil observar ‘encierros’ tan estrictos como los de la primavera de 2020. Esto parece incluir a México. No obstante, resulta relevante reflexionar sobre el impacto económico que la actual tercera ola en México parece implicar. Sobra decir que en términos de contagios ya es la más aguda. Para lo anterior, me referiré a tres cifras que encuentro muy útiles.

Primero, partamos de una expectativa para el crecimiento del PIB del presente año apoyada por el consenso (resultados de la Encuesta Citibanamex publicada el 20 de agosto) de 6.1 por ciento. Dicha expectativa ha mejorado sustancialmente, tomando en cuenta que a inicios del año se ubicaba en 3.5 por ciento. Lo que no ha cambiado es que al menos tres puntos porcentuales de dicha expectativa son explicados por un efecto aritmético (baja base de comparación anual). Así, se anticipa una alta tasa de avance económico, en parte ‘acarreo estadístico’, en parte recuperación. Partamos entonces de dicha referencia.

Segundo, el crecimiento acumulado durante el año, es decir al comparar enero-julio de 2021 con el mismo periodo del año anterior, es de 8.2 por ciento. Este cálculo toma como referencia los datos observados del indicador global de actividad económica (IGAE) del Inegi disponible a mayo y su respectivo NowCast (IOAE) para junio y julio (que adelanta un avance mensual promedio de 0.4 por ciento). Vale la pena subrayar que obviamente este estimado no toma en cuenta los posibles impactos de la tercera ola de la pandemia.

El comparativo entre dicho avance acumulado (8.2 por ciento) y la expectativa para todo el año (6.1 por ciento) parece evidenciar la expectativa implícita de una desaceleración el ritmo de recuperación adicional a una base de comparación anual menos favorable hacia la segunda mitad del año. Está dicha desaceleración a la altura de la realidad: ¿el desenvolvimiento de una tercera ola de contagios mucho más agresiva?

A manera de respuesta, y como tercer y último punto, ofrezco al lector los resultados de un sencillo ejercicio de simulación bajo tres escenarios: El primero donde los efectos de se dejan sentir a partir de agosto y son similares a los de la segunda ola (tomando en cuenta más contagios, pero mucho menos restricciones a la movilidad). El segundo y el tercero parten de la dinámica de la primera ola (primavera 2020) y suponen una fracción de sus efectos. En particular, presento dos referencias arbitrarias, un cuarto y la mitad de los efectos económicos adversos de dicha primera ola a manera de referencias.

El ejercicio arroja tres resultados, uno para cada escenario de crecimiento del PIB este año, de 7.0 por ciento, 5.7 por ciento y 4.3 por ciento, respectivamente. En mi caso, opto por suponer un escenario muy cercano al segundo, donde el actual consenso no estaría muy lejos. Creo que es un estimado razonable al reconocer que mientras los contagios avanzan más rápido, las restricciones y políticas de atenuación son por mucho más discretas que en las olas anteriores. Lo anterior limitaría los costos económicos con relación a la historia reciente.

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