Entorno Económico

La elección intermedia queda atrás. ¿Qué cambió?

Con la ausencia de mayoría calificada por parte de la coalición del partido en el poder, se conjuran parcialmente varios riesgos o incertidumbres.

La elección intermedia más grande de la historia acaba de quedar atrás y el fantasma de la judicialización parece arrastrar menos cadenas de las previstas, al menos hasta ahora. En este contexto, no pretendo hacer otro más de los resúmenes de resultados que todos ya hemos leído, sino derivar al menos tres conclusiones relevantes para el corto, mediano y largo plazos. Puedo adelantar que algunas incertidumbres se diluyen, otras se quedan y algunas otras han emergido. Me explico.

Con la ausencia de mayoría calificada por parte de la coalición del partido en el poder, se conjuran parcialmente varios riesgos o incertidumbres. En particular, la incapacidad de hacer modificaciones constitucionales limita sustancialmente el potencial disruptivo de una lista de contrarreformas en el tintero, destacando la energética y un eventual avance de polémicas reformas al sistema de pensiones o a la Ley de Banxico -en adición al riesgo de extensión de mandato presidencial. La probabilidad no colapsa a cero, puesto que algunos cambios pueden ser invocados de facto y no de jure, pero hace mucho más complicado el avance de las citadas reformas o contrarreformas.

Al lado de las incertidumbres que se desvanecen parcialmente, tenemos algunas que quedan sin mucho cambio. En particular, subrayaría la elevada posibilidad de que una reforma fiscal transite por el Congreso este mismo año. Su contenido es altamente incierto, sobre todo por las limitantes que suponen la existencia de un estrecho margen para liberar mayores ingresos públicos vía más recortes al gasto, por un lado, y por otro la promesa de no elevar ni introducir nuevos impuestos. Al final, esta última promesa de gobierno podría tener un mero tratamiento semántico. De ahí la incertidumbre asociada.

Otra incertidumbre que es casi independiente del resultado de la elección es el deterioro en la relación bilateral con EU, la cual actualmente tiene como catalizador los temas de seguridad, migración y protección a la inversión privada bajo el TMEC. La priorización de una agenda de política interna y algunas estrategias de comunicación gubernamental han llevado a una erosión en la relación con el gobierno de EU. Lo anterior en un contexto donde este último gobierno busca restablecer sus canales diplomáticos e influencia hegemónica a nivel global.

Una incertidumbre más que permanece vigente sería el debilitamiento institucional, el cual podría extenderse dado que su cauce no necesariamente es legislativo.

En contraste, hay incertidumbres que emergen. En particular, los acontecimientos del último mes, incluido el resultado de la elección de alcaldías en la CDMX, abonan al desgaste de dos de los candidatos moderados dentro de las filas de Morena para la sucesión de 2024. Es aquí donde seguramente emergerán nuevas figuras y con ellas un renovado ambiente de incertidumbre sobre la naturaleza del perfil de la continuidad del proyecto del gobierno actual.

Hasta aquí mis tres reflexiones iniciales sobre las incertidumbres que se diluyen, las que se quedan y las que emergen. El debate sigue.


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