Post-verdad Digital

Máscara contra cabellera en la 4T

Tras las acusaciones por enriquecimiento ilícito que enfrentan Santiago Nieto y Gertz Manero, AMLO se encuentra en entredicho con respecto a la honestidad de sus funcionarios, comenta Jesús de Los Ríos.

Por increíble que parezca, los dos principales “policías de la integridad nacional” del actual gobierno, Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la República y Santiago Nieto, hasta hace poco jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera; enfrentan graves acusaciones de enriquecimiento ilícito que ponen en entredicho aquella afirmación de López Obrador sobre que los funcionarios de su administración tendrían un 90% de honestidad y 10% de experiencia.

La súbita aparición de estas acusaciones en los principales medios nacionales no se puede entender sin observar que es una “pelea de perros”, como lo dijo Raymundo Riva Palacio en su columna, ambos funcionarios se están atacando entre ellos, Gertz Manero a través del periódico Reforma y Santiago Nieto en El Universal, cuyo dueño Juan Francisco Ealy Ortiz fue a la boda del ex funcionario, e incluso se echó la culpa de llevar algunos cuantos miles de dólares sin declarar a dicho enlace en el escándalo de hace un par de semanas.

Las acusaciones sobre Gertz Manero son de movimientos de millones de dólares a paraísos fiscales, compra de casas y de más de 120 autos de lujo, incluyendo Mercedes Benz y Rolls Royce. También se le acusa utilizar su posición pública para meter a la cárcel a su sobrina y demandar a su cuñada por la muerte de su hermano, esto con un aparente interés en el patrimonio del mismo. También empiezan a filtrarse sus intereses en la Universidad de las Américas (UDLAP) de la que fue rector y actualmente se encuentra tomada a la fuerza, con policías y todo, por una nueva administración que corrió al rector anterior Luis Ernesto Derbez y que a todas luces tiene interés en controlar los enormes recursos de la multimillonaria Fundación Jenkins dueña de esta casa de estudios, hasta el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, le está entrando a este negocio. Muchos y muy grades intereses económicos parece tener el fiscal general de la República.

Por otro lado, las acusaciones sobre Santiago Nieto son de haber comprado una casa de 24 millones en la CDMX, un departamento de 8 millones en Santa Fe y un Audi de 500 mil pesos y según notas del Reforma, también compró una recámara y un comedor ¡ni que estuviera recién casado! El exfuncionario, quién por cierto gracias a la nueva Ley de Austeridad solo podrá trabajar en la academia, respondió ante las críticas que ahora está muy endeudado pero que no es corrupto. En redes sociales varios se preguntaron, si todavía le va a alcanzar para pagar todo lo que compró.

En el medio digital se ha movido el tema toda la semana, sin embargo, son las menciones a Gertz Manero las que han sobresalido con 62,300 menciones, 297,300 interacciones y un alcance de 57.2 millones de usuarios en México, por su parte, Santiago Nieto acumuló 30,300 menciones, 206,300 interacciones y tuvo un alcance de 31.7 millones de usuarios. Ambos tuvieron encima del 70% de sentimiento negativo. Definitivamente, el fiscal de la República, sus movimientos de millones de dólares y sus coches de lujo han llamado más la atención en la opinión pública digital, que las nuevas casa y recámara de Santiago Nieto.

Han sido días complicados para el presidente López Obrador que no ha podido desmentir estos escándalos, ni los de sus hijos con sus negocios de chocolate, ni los de sus colaboradores que hicieron desvíos de los donativos para el terremoto de 2017, solo se ha dedicado a descalificar y atacar sin argumentos.

Lamentablemente, los grandes perdedores somos todos los mexicanos, que tenemos que soportar a funcionarios corruptos que se enriquecen y utilizan sus puestos para venganzas personales. A eso le sumamos la burla a nuestra inteligencia que ocurre todas las mañanas con la cantaleta presidencial diciéndonos que nada de esto es verdad, que es la mafia en el poder, los conservadores o los neoliberales.

En otras latitudes digitales…

El mundo académico ve con molestia la nueva ocurrencia de la NOM 237 que actualmente se encuentra en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria y que propone considerar al servicio educativo como un acto de comercio y no como una actividad de índole social, además de un derecho humano.

La NOM 237 define a las escuelas particulares como establecimientos mercantiles y las obliga a registrar su Contrato de Adhesión con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), lo cual generará un incremento en los costos de las escuelas que se verán reflejados en los bolsillos de los padres de familia y sobreregulará un sector educativo que ya se encuentra regulado por la SEP, dándole un golpe más a las escuelas que sobreviven a la pandemia. Como siempre, es un asunto de sacarle más dinero a las odiadas clases medias.




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