Moneda en el Aire

El costo del efectivo y la educación financiera

Ha crecido el uso de medios de pagos electrónicos pero si a los usuarios no se les informa cómo proteger su dinero, de nada servirá y el efectivo volverá a ganar.

El uso de medios de pagos electrónicos así como nuevas aplicaciones tecnológicas para realizar mil y una actividades han revolucionado el mundo en los últimos años, pero sin duda lo han transformado completamente en los 18 meses en que el mundo sigue enfrentando esta pandemia.

En esta transformación el efectivo, que perdió terreno por momentos, sigue siendo el número uno en México y el preferido en el país para pagar, pese a que el utilizarlo siga teniendo un costo más alto; para las personas, tarifas más altas y dedicar más tiempo a cuidarlo, en las empresas a más uso de efectivo más trabajo en el almacenamiento, protección y contabilización del mismo, ya que hay que incluir seguridad al transportarlo, lo que incrementa los costos de traslado y protección y para el gobierno, queda más que claro que un mayor uso de efectivo significa impuestos no declarados y un déficit en los ingresos tributarios.

Por eso resulta vital y más que importante la educación financiera. En esta semana en que por todos lados y a todas horas tendremos oportunidad de escuchar de mil temas sobre cómo mejorar nuestra vida financiera con consejos de expertos y no tan expertos, pero que algo bueno aportarán a esta reflexión, algo que hay que recordar es que inclusión sin educación financiera no es negocio para nadie.

En este tema, la reflexión que hacía hace unos días Salvador Espinosa, de Prosa, uno de los principales procesadores de pagos en el país, sobre el tema, creo que debe tomarse en cuenta para no solo hablar de educación e inclusión financiera sin ton ni son, sino realmente a nivel sistema trabajar en cambiar varios de los paradigmas con los que hoy se rigen. Si bien ha crecido el uso de medios de pagos electrónicos y el hecho de que haya más usuarios de banca en línea o en celular puede sonar muy positivo, si no se les da información completa y sencilla sobre cómo usar los productos y servicios a su favor, y sobre todo cómo proteger su dinero, de nada servirán esos números y el efectivo volverá a ganar la batalla.

Por ejemplo, los bancos aseguran que en el año pasado fueron más de 60 millones de personas beneficiadas con sus iniciativas de educación financiera, al compararlos con las quejas frecuentes que hay en la industria siguen siendo las mismas:cargos y retiros no reconocidos encabezan la lista, ya sea porque los delincuentes siguen yendo a la vanguardia en los fraudes, o porque quizás el mensaje de educación financiera no ha permeado de forma adecuada y ahí sigue habiendo un gran trabajo por hacer. Por lo pronto, esta semana en la red social que guste habrá muchas formas de informarse y tener tips para mejorar sus finanzas personales, una semana más de educación financiera que es sin duda una buena idea.

***

Y en el otro lado de la moneda, dos instituciones del sector financiero de fiesta. Primero, Banco Inmobiliario Mexicano (BIM) que cumplió ocho años, complicados porque prácticamente no le ha tocado la mejor situación de la economía mexicana, pero Rodrigo Padilla ha logrado mantener los números.

***

La otra monedita de fiesta es la tradicional casa de bolsa de Citibanamex, quien cumple 50 años, recordemos que fue fundada el 4 de octubre de 1971 por los empresarios mexicanos Alfredo Harp Helú y Roberto Hernández con el nombre de Acciones y Valores de México, Accival, y por ende en estos años ha visto de todo, hoy bajo el mando de José Antonio Espíndola. El director general de la casa de bolsa ha mantenido la participación de mercado en volumen de operación, pero sobre todo la buena imagen y el negocio de una de las firmas con más tradición en el país, felicidades a todo el equipo. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

COLUMNAS ANTERIORES

Sistema financiero sostenible
Sexenio sin alianzas entre bancos

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.