Moneda en el Aire

Outsourcing: el origen de la reforma no fueron los trabajadores

Esta reforma retomó una parte del espíritu de la propuesta de Gómez Urrutia y del presidente López Obrador.

Hoy se conmemora el 1 de mayo, el Día del Trabajo y quizás a diferencia de muchos otros años, el momento que se vive para los trabajadores no solo es distinto con la reforma de outsourcing recién aprobada, que va a implicar un cambio que beneficiará a miles de trabajadores, al menos esa es la idea.

Dejando de lado el alto nivel de desempleo que se vive en el país y que da para otra columna, esta reforma va a generar en los siguientes meses momentos críticos, pero como bien dice Zenyazen Flores, quien cubre desde hace 12 años temas laborales y es una conocedora de la evolución en este sector, para poder entender el presente y comprender el futuro, hay que mirar el pasado, y en el caso de la reforma de outsourcing hay que ver su origen, y el origen -afirma- no fueron los trabajadores, es más, puede asegurar que esa reforma laboral no debió ser y no era prioridad de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde.

Flores nos recuerda que fue una tarde del verano de 2019, en el patio central del Colegio de México, cuando colaboradores muy cercanos a la funcionaria le comentaron que en la Secretaría del Trabajo no querían hacer ninguna reforma en materia de subcontratación y que la regulación “neoliberal” de noviembre de 2012 era correcta para combatir las malas prácticas.

El entonces repatriado líder minero Napoleón Gómez Urrutia logró ganarse al presidente Andrés Manuel López Obrador y poner en la agenda eliminar por completo el outsourcing, lo que encendió focos rojos en la propia Secretaría del Trabajo.

Las empresas mineras que tienen una alta presencia en el país, en especial las canadienses que dominan en diversos estados, son usuarias intensivas en subcontratar personal y eso impacta en la contratación colectiva y desplaza mano de obra sindicalizada, lo que había sido desde el exilio y ya en México una de las principales quejas del líder sindical, ya que obviamente afecta lo que reciben por cuotas sindicales y eso había que defender, por lo que ahí sí todos los sindicatos unieron fuerzas e impulsaron la reforma.

Desde luego que nadie podría estar en contra de acciones que contribuyan a la mejora de las condiciones generales de trabajo de las personas, este es el caso de la reforma del outsourcing, que busca erradicar la subcontratación abusiva, esa que evade contribuciones sociales y fiscales y hasta usa esquemas de facturación fantasma; cuántos trabajadores no conocemos que están registrados ante el Seguro Social con un salario mínimo y al aplicar una incapacidad o accidente de trabajo sólo reciben el equivalente a ese ingreso, ya que el salario restante “lo reciben por fuera”, lo que les perjudica de manera directa en su futura pensión y en su subcuenta de vivienda.

Zenyazen Flores, que ha podido en estos meses hablar con “tirios y troyanos”, nos cuenta que en los círculos de empresarios y abogados laboralistas y fiscales está el bando que reconoce que se excedieron en el uso del outsourcing, lo que afectó a los trabajadores en sus salarios y ahorro para el futuro, y por otro lado, está el bando de quienes consideran que esta reforma es rudeza innecesaria, sobre todo por el entorno económico.

Y por ello, cuestiona en qué bando nos encontramos. Quizá ahora lo que importa ya no es la respuesta a esa pregunta, sino considera que se debe poner manos a la obra porque la reforma está en vigor y se vienen meses intensos para cumplir con las nuevas disposiciones de Ley; se requerirá el trabajo en equipo y en tiempo récord de las áreas de recursos humanos, fiscal, contable, servicios legales, seguridad social y mercantil, ya que aunque no guste a muchos, al final se logró una reforma que, si bien retomó una parte del espíritu de la propuesta de Gómez Urrutia y del presidente López Obrador, regula la subcontratación y no prohíbe esa actividad de forma tajante, y es finalmente la primera reforma del sexenio que sale por consenso. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

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