Todos los caminos llevan a la militarización. El fin de semana Javier Sicilia publicaba su quinta carta abierta al presidente López Obrador. Me detengo en un fragmento: "Como Calderón, a quien tanto odias y quien tanto te odia –quizá porque en el fondo se parecen demasiado–, y Peña Nieto, reforzaste la presencia del Ejército en las calles y desmantelaste, además, las endebles instituciones que las víctimas creamos como un camino hacia esa justicia necesaria"; sin embargo, las calles no le han sido suficientes, el Ejército ha extendido sus brazos a la construcción de aeropuertos, al cuidado de las aduanas en los puertos y ahora podría llegar también a las labores de ciberseguridad. En este momento está sobre la mesa del Legislativo una iniciativa del diputado federal de Morena, Javier Salinas Narváez, sobre los nuevos alcances de las Fuerzas Armadas. Se busca impulsar en el actual periodo legislativo –septiembre 2020 a agosto 2021– una reforma al artículo 73 de la Constitución para establecer el concepto de defensa de la "ciberseguridad" y establecer que sea "un esfuerzo que debe darse para proteger a la sociedad, en la que estarían involucradas instituciones importantes como la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina, entre otras, reforzando los mecanismos de prevención e investigación del delito".
Hay que reconocer que los alcances actuales de crear un área de ciberdefensa están basados en la respuesta del Estado a amenazas que puedan afectar la defensa nacional. De acuerdo con Andrés Velázquez, experto en temas de ciberseguridad, hay países como España y Colombia que desde hace varios años han manejado una estrategia de colaboración entre empresas privadas y las Fuerzas Armadas del Estado; sin embargo, le preocupa que en México la iniciativa sólo mencione la injerencia de la Guardia Nacional, la Sedena y la Marina, sin plantear una estrategia ni los alcances de estas instituciones de seguridad en las tareas de rastrear amenazas a través de la red: "En ningún momento se habla de una estrategia, se habla de cómo crear leyes, a final de cuentas ya hay un marco legal; sin embargo, no se pueden llegar a usar porque no hay el seguimiento para conocer las capacidades técnicas del proceso de procuración, de cómo van a validar las pruebas en un procedimiento, por ejemplo".
Estamos otra vez frente a la improvisación y la creación de lagunas legales peligrosas, así como hace falta una estrategia de seguridad en las calles, lo mismo puede pasar cuando se habla de ciberseguridad. No se plantean, al menos ahora, los límites de la participación de las Fuerzas Armadas en estas tareas.
Velázquez insiste en la urgencia de que México abra la agenda nacional en este tema, señala la importancia de una ley y de una visión de Estado muy bien fundamentada en la defensa de nuestra ciberseguridad. Ayer mismo calificaba a nuestro país como "el país más vulnerable del mundo". De acuerdo con datos publicados por el senador Miguel Ángel Mancera, en México, durante 2019, se registraron 9.54 ciberataques por segundo, es decir, 572 ataques por minuto, más de 13.7 millones cada día.
Coordinación y estrategia, no leyes que abran panoramas desconocidos y sin límites, eso es lo que necesitamos ante un terreno vulnerable. Ojalá la discusión se haga en Parlamento abierto y voces de expertos aporten y alimenten esta iniciativa que otra vez pone en el centro un problema que hemos dejado pasar desde hace décadas y que hoy podría caer en un limbo legal.