La Nota Dura

'Lo que caiga es bueno'

Dos ejemplos claros de las formas de tratar al Presidente: lo que ocurrió en Sonora con la gobernadora Claudia Pavlovich y el reclamo del gobernador de Chihuahua, Javier Corral.

Hay dos tipos, nada más. Con el Presidente no hay puntos medios, conmigo o contra mí. Es cuestión de tonos, reclamos, alzar la voz o hablar despacio mientras aplaudes. Por un lado, la alianza federalista, sí, esos gobernadores que vieron en la Conago un encuentro infértil para el diálogo y la negociación con el gobierno federal; del otro lado, los que permanecen porque tienen lealtad ciega o quieren llevar la fiesta en paz. Dos ejemplos claros de las formas de tratar al Presidente: lo que ocurrió en Sonora con la gobernadora Claudia Pavlovich y el reclamo del gobernador de Chihuahua, Javier Corral.

Ayer circuló un video del fragmento del discurso de la gobernadora en la presentación del 'Programa de mejoramiento urbano en Sonora'. Cito las palabras de Pavlovich: "Seguiremos trabajando siempre de la mano, a favor de los que más lo necesitan, a favor de la gente, y siempre agradecida, Presidente, por los beneficios que trae a Sonora. Y ahí le encargo, si se puede, para Cajeme, ahí, algún recurso, y pues lo que se pueda para mis 70 municipios, ahí poquito porque son chiquitos, ahí lo que caiga es bueno, porque sí es importante, una obrita por ahí, lo que usted decida siempre son bienvenidas, pero es importante, la verdad porque uno quiere y el otro también y luego como la mamá de los pollitos aquí se nos encelan, pero como ya sabe usted, ya sabe cómo manejar la mano izquierda y la derecha". Ahí la propuesta formal del gobierno estatal de recursos para el próximo año por parte del gobierno federal, una postal nítida del cinturón apretado y la súplica al Ejecutivo: "una obrita por ahí, lo que usted decida", "lo que se pueda", "ya sabe cómo manejar la mano izquierda y la derecha". Así se le tiene que hablar al Presidente, las negociaciones no se hacen con el secretario de Hacienda, no se plantean en una reunión privada, se obtienen de la súplica pública. La respuesta del Ejecutivo se quedó en adjetivos positivos a la gobernadora: "es extraordinaria como gobernadora, nos hemos entendido muy bien, estamos trabajando juntos, independientemente de las banderías partidistas". No importa que sea del PRI, dice el Presidente, esos tonos sí me gustan, sobre todo, supongo, la parte de "lo que usted decida", así tiene que ser.

En la otra mano, los gobernadores que no están dispuestos a "lo que caiga es bueno". El enfrentamiento que ya viene arrastrando varias semanas el gobernador Corral con López Obrador, cuyo último round terminó con la frase: "parece que él decidió iniciar la campaña electoral (…). Es más el discurso de un activista político que de un Presidente de la República". El problema del agua ha complicado el diálogo y ha escalado, dejando al gobernador fuera de las mesas de negociación.

Jaloneos públicos, rencillas que escalarán con el inicio de la contienda electoral y que convertirán los cuatro años restantes de gobierno en un infierno para todos aquellos que no suplican, sino que exigen. El gobierno federal tiene mano, ante la crisis sanitaria los recursos no se mueven y ya han anunciado que vienen tiempos complicados; no se equivoca Pavlovich cuando dice que el Presidente ya sabe cómo manejar la mano izquierda y la derecha; en el pedir está el dar, el Presidente ahorca a la oposición.

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