Javier Murillo

Programarás al robot que te quitará el trabajo

Javier Murillo apunta que elegir profesiones que un robot no pueda hacer mejor tendría que ser una premisa en la orientación vocacional de cada estudiante.

La paradoja es más real de lo que nos gustaría admitir: si estás activo en el mundo laboral y eres bueno en lo que haces, es muy probable que en algún tiempo te pidan que contribuyas, con datos y análisis, para construir la Inteligencia Artificial (IA) que podrá hacer tu trabajo y reemplazarte dentro de algunos —pocos— años.

Eso pensaba en esta temporada previo al regreso a clases: ojalá que las nuevas generaciones elijan carreras o profesiones que un robot no pueda hacer mejor que sus egresados humanos. Esta tendría que ser una premisa en la orientación vocacional.

Entre los alumnos que he tenido, cuando hablamos de las próximas funciones de la IA en todas las ramas de la sociedad, lo creen pero lo ven como algo lejano, que quizá no les toque. Se equivocan.

Una de las características de la generación millennial puede hacerle una mala jugada cuando se trata de tomar decisiones: la inmediatez. Vive en el lapso cortoplacista y orientada a la satisfacción instantánea. En este sentido, el reto educativo es lograr que las nuevas generaciones proyecten un futuro disruptivo y que vean que muy probablemente dentro de algunos años estarán compitiendo con un robot ingeniero por la misma plaza.

La tecnología general y la misma IA están presentes cada día con más fuerza en el mundo educativo. En EU son un contrapeso a las escuelas de la Ivy League (MIT, Harvard, Stanford, entre otras).

El encarecimiento de la educación superior ha creado generaciones de graduados que requieren varios años de su vida profesional para pagar su financiamiento educativo. Cansados de ese ritmo, son cada vez más los que dejan la educación tradicional y se entrenan con formatos en línea, que les dan formación de calidad y la certificación de habilidades apreciadas en el mundo laboral, a un costo muy inferior que las universidades tradicionales.

Los cursos gratuitos o de bajo costo en línea están presentes en Harvard, Stanford o el MIT. En la Era del Conocimiento, el acceso a fuentes formativas se ha tornado masivo y global: gente de todas las edades y nacionalidades, vinculándose en el mundo digital, más allá de la distancia.

En medio de esta evolución de los modelos educativos, la IA tiene mucho por aportar, no sólo como tecnología, sino como filosofía de negocio: la ciencia de los datos. De ahí que cada vez más se integren asignaturas relativas a física, matemáticas y lógica en todas las carreras, incluso en las humanidades.

La oferta laboral se inclina por las competencias matemáticas en todas las profesiones y especialmente por las figuras de ingeniería y otros perfiles capaces de programar la alta tecnología. Estamos en el umbral de la humanidad pragmática y es el momento justo para que los estudiantes de educación media y superior lo consideren para programar su nuevo futuro.

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