Javier Murillo

Lecciones de una pandemia

El uso de internet se convirtió en la gran herramienta en esta pandemia. ¿Se imagina cómo hubiera sido nuestra vida sin la red?

El COVID-19 nos ha enseñado muchas lecciones sobre infraestructura y capacidad tecnológica en gran escala. Han saltado a la vista debilidades en las redes de seguridad social, en el ámbito económico, educativo, en nuestros sistemas de salud y en el sistema de transporte público, entre muchos otros. El virus nos ha mostrado de manera cruel nuestra realidad como sociedad.

Si bien la aplicación de la sana distancia se ha convertido en una fuerte recomendación de la OMS en todo el mundo, no podemos dejar de ver que nuestra infraestructura física depende operativamente de que las personas puedan trabajar juntas en proximidad, en unidades pequeñas o grandes empresas. ¡Vaya nueva paradoja!

Las escuelas han tenido que adaptarse a la educación remota y el home office se ha convertido en una nueva vida para aquellos cuyos trabajos lo permiten. Sin embargo, existe otro sector de la economía cuyo trabajo elemental requiere de proximidad, desde las barberías, hasta los tianguis o supermercados (aunque la posibilidad de hacer el pedido por internet se ha vuelto más normal).

El uso de internet se convirtió en la gran herramienta en esta pandemia. ¿Se imagina cómo hubiera sido nuestra vida sin la red? La interacción remota con clientes e incluso con pacientes sospechosos de COVID-19 no hubiera sido posible o tan inmediata. La apertura, la interoperabilidad y la naturaleza distribuida de internet demuestra su gran utilidad. Pero solo alrededor de la mitad de la población mundial parece tener acceso directo a internet y gran parte de eso es a través de servicios móviles 3G-4G-5G.

No podemos dejar pasar la brecha de falta de servicios en México y el mundo sobre el acceso urbano o rural a internet. Incluso si el servicio está disponible, puede ser inaccesible. Ante este escenario, existen varias opciones para acortar estas desigualdades y mejorar respuestas ante la pandemia y sus rebrotes. Por ejemplo, la construcción física del acceso a internet es necesaria y urgente. Esto podría abarcar desde el camino directo de fibra óptica a los hogares, hasta 'millas intermedias' de láser de espacio libre o la implementación móvil de la red 5G.

Diferentes gobiernos, dependiendo de su visión y su capacidad económica, ya están planificando cómo equipar los autobuses escolares con WiFi y estacionarlos para proporcionar acceso residencial por la noche. Compañías del sector privado, como SpaceX de Elon Musk, están colocando decenas de miles de satélites en órbita terrestre baja con la intención de proporcionar acceso a la red por cada metro cuadrado de la superficie de la Tierra. El costo de los equipos con capacidad para internet también se reduce con almohadillas, tabletas y computadoras portátiles de bajo costo. Dadas las ricas variedades de servicios basados en internet destinados a facilitar las economías socialmente distantes, no es difícil defender políticas que fomenten una mayor infraestructura de internet. Está clara la ruta, depende de la altura de miras de cada jefe de estado y de sus intereses. Seremos testigos de grandes avances. Perdón, pero no en México. Duele pero es verdad. Al tiempo...

El autor es fundador y presidente del Consejo de Metrics

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