Javier Murillo

China, de la arquitectura milenaria a la Inteligencia Artificial

Empresas como Alibaba usan la IA para analizar grandes volúmenes de datos con una precisión impresionante.

Escribo esta columna desde China, en vísperas del evento Apsara de Alibaba. Durante mi estancia he tenido la oportunidad de explorar la Ciudad Prohibida y la Gran Muralla China. Estos monumentos no solo son testigos de la rica historia de China, sino también de su capacidad para realizar grandes hazañas de ingeniería y diseño. Esta misma capacidad de innovación y perseverancia se refleja hoy en día en el campo de la inteligencia artificial (IA) y la ciencia de datos.

La Ciudad Prohibida, con sus miles de habitaciones y la interminable e imponente Muralla China, son un testimonio del ingenio chino. Cada detalle, desde el diseño, los enormes muros, los intrincados techos hasta los vastos patios, refleja un orden, una meticulosidad y una atención al detalle que son características de la cultura china. Esta misma meticulosidad se puede ver en cómo China aborda la IA y la ciencia de datos.

Esa atención al detalle, sin duda, se refleja en empresas como Alibaba que usan la IA para analizar grandes volúmenes de datos con una precisión impresionante. Como ejemplo, podemos destacar el caso de la de sus modelos predictivos en tiempo real, que usan en su plataforma de comercio electrónico para el análisis de microaudiencias, lo que beneficia tanto a la oferta como a la demanda.

Esto es parte del entorno tecnológico chino que ha establecido planes ambiciosos para convertirse en el líder mundial en IA para el 2030, invirtiendo masivamente en investigación y desarrollo. Esta inversión no solo se traduce en avances tecnológicos, sino también en la creación de un ecosistema robusto que fomenta la innovación y la colaboración entre empresas, asociaciones, instituciones y el gobierno. Los que nos dedicamos a esto sabemos que un ecosistema tecnológico cultural se desarrolla desde varios frentes.

China ha sido la cuna de muchos inventos que han tenido un impacto duradero en el mundo, como la pólvora, la brújula y el papel, entre otros. Estos inventos, además de transformar la sociedad china, han tenido un impacto global y han sido parte fundamental en la construcción de lo que somos como humanidad. Hoy en día, China está aplicando esa misma capacidad de innovación en el campo de la IA y la ciencia de datos.

Por ejemplo, el reconocimiento facial y la vigilancia inteligente son áreas en las que China ha hecho avances significativos. Estas tecnologías se utilizan ampliamente en la seguridad pública y la atención médica, mejorando la eficiencia y precisión de los servicios. La capacidad de China para innovar en estas áreas se debe en parte a su enfoque cultural que privilegia el bien común, enfoque que ha definido su historia de éxito en la innovación.

Luis Valerdi, que me acompaña en este viaje, en varias ocasiones me ha dicho que está sorprendido del número de cámaras que existen en las calles. Y es cierto, solo basta voltear la mirada un poco hacia arriba para darse cuenta de que todo el tiempo estamos siendo observados, lo que consecuentemente trae un orden social, que en países como México parecen sacados de películas de ciencia ficción.

Esto no es gratis, indagando un poco más nos enteramos de que el gobierno chino ha adoptado numerosas políticas para apoyar el desarrollo de la IA, desde la protección del capital y la propiedad intelectual hasta el desarrollo de los recursos humanos y la cooperación internacional. De la misma manera, empresas tecnológicas chinas, como Alibaba, Tencent y Baidu, están colaborando estrechamente con universidades y centros de investigación para acelerar la innovación tecnológica.

No por nada, desde hace años, China ha superado a Estados Unidos en el número de publicaciones científicas relacionadas con la IA y la ciencia de datos, reflejando un fuerte enfoque en la investigación y el desarrollo. Esta es una de las razones por las que, si yo tuviera que apostar por alguna de las dos grandes potencias, apostaría por China, no hoy, o en los próximos cinco años, pero sí del 2030 en adelante.

Por eso es que me encuentro acá por segundo año consecutivo, listo para asistir a Apsara, el evento organizado por Alibaba para presentarnos sus avances tecnológicos y lo que podremos implementar en México en el corto plazo, pero eso ya se los estaré reportando en mi próxima columna.

COLUMNAS ANTERIORES

El desafío reputacional de las empresas ante Copilot, ChatGPT y Gemini
Generación Z, en el ojo del huracán laboral

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.