Javier Murillo

Decisiones algorítmicas en reclutamiento: ¿Eficiencia o frialdad?

Una de las áreas de las empresas que requiere más apoyo de los sistemas algorítmicos para tomar decisiones es la de talento humano.

La tendencia de tendencias en la transformación digital de las empresas son los sistemas algorítmicos de toma de decisión y gobernanza. Herramientas basadas en ciencia de datos e inteligencia artificial diseñadas para ayudar a las organizaciones a tomar decisiones.

Estos sistemas utilizan algoritmos de análisis para procesar grandes conjuntos de datos, identificar patrones y tendencias, de las que emerge una recomendación, en los casos en los que se requiere validación o acción humana, o para tomar decisiones y acciones, cuando no se requiere la intervención de humana.

Una de las áreas que requiere más apoyo de los sistemas algorítmicos para tomar decisiones, es el área de talento humano de las empresas. El reclutamiento y selección de los colaboradores de una organización ha sido una de las áreas que ha evolucionado más, la alta competitividad empresarial ha propiciado la alta competencia entre candidatos y empresas ávidas de atraer el mejor capital humano.

En un artículo científico publicado este año: Unilever’s Practice on AI-based Recruitment, se aborda cómo Unilever, el gigante de bienes de consumo, ha logrado integrar técnicas avanzadas de ciencia de datos, inteligencia artificial y procesamiento de lenguaje natural para optimizar sus procesos de reclutamiento.

Lo anterior lo ha logrado, desarrollando sistemas de gamificación basados en neurociencia, mediante juegos alimentados por algoritmos que evalúan habilidades y características de candidatos de manera más objetiva que los reclutadores tradicionales, minimizando sesgos humanos y proporcionando métricas cuantitativas para la toma de decisiones de selección y reclutamiento.

Un ejemplo de integración digital es el uso intensivo de entrevistas en video, las cuales son analizadas por algoritmos que examinan tanto el contenido verbal, así como las señales no verbales. Estos sistemas algorítmicos han sido entrenados con miles de horas de videos, asistidos por expertos en comportamiento, que identifican características deseables en los candidatos, con una precisión que supera a los reclutadores humanos en términos de consistencia y objetividad.

Una de las grandes virtudes de la toma de decisiones algorítmicas es la consistencia, los humanos involucramos no podemos evitar involucrar nuestro estado físico y anímico, además de nuestros paradigmas, cuando se refiere a la toma de decisiones, lo que nos hace inconsistentes. Aunque el desafío de las máquinas es que si fallan, ese fallo se repetirá sistemáticamente.

Otro desafío de las máquinas tomando decisiones es el de la ética y en el caso de la selección de personal esto se vuelve aún más complejo. En el método tradicional de selección los sistemas históricos tienen limitaciones, lo que permitía a una persona que había sido rechazada por cualquier motivo, volverlo a intentar. En el caso de las máquinas no olvidan nunca y no dejarán pasar a alguien que han rechazado con anterioridad.

En ese mismo sentido, cuando los candidatos eran entrevistados por un humano, la evaluación del lenguaje corporal y las notas del entrevistador se quedaban en su propio registro, hoy en día con estos nuevos sistemas, tanto los biométricos, como la evaluación de personalidad basada en microexpresiones, se quedará guardado para siempre, negando el derecho al olvido para los aspirantes.

A esto le debemos sumar los inevitables sesgos. Por mucho que los algoritmos están diseñados para ser objetivos, los datos con los que se entrenan los algoritmos tienen sesgos inherentes, los cuales se pueden perpetrar en las decisiones de contratación. Estos sesgos son peligrosos para ambas partes, para los candidatos por el rechazo y para la empresa por la pérdida de la oportunidad de la diversidad y la novedad.

A pesar de esto, parece que Unilever lo ha logrado, manteniendo elementos humanos clave en su proceso de selección, lo que les ha permitido una constante revisión y supervisión de expertos en reclutamiento, que evitan ser presas de la frialdad de las máquinas. Esta combinación de intuición humana y precisión algorítmica está siendo clave en su proyecto de contratación ético, veamos cómo evoluciona la industria a partir de este caso.

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